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En este episodio se habla de los vínculos familiares desde una perspectiva política y cinematográfica.

Ana Katz es actriz, guionista, directora y productora argentina. Ha alternado y trabajado paralelamente en estos roles a lo largo de una filmografía propia de seis largometrajes, estrenados en festivales como San Sebastián, Sundance y Cannes. También ha colaborado con colegas de Argentina, España y Uruguay como Carlos Sorín, Paco León, Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella. En películas como El juego de la silla, Sueño Florianópolis, Mi amiga del parque y El perro que no calla, ha examinado con un humor impredecible la idea de familia que tejen personajes inestables y profundamente incómodos.

Por otro lado, Pablo Stoll es guionista, director, productor y editor de Uruguay. Junto con Juan Pablo Rebella dirigió dos obras que se han convertido en grandes hitos del último auge del cine latinoamericano: 25 Watts y Whisky, películas con narrativas minimalistas a través de las cuales ha explorado otras caras de la amistad, la familia y el amor romántico. La Quincena de Realizadores de Cannes, Rotterdam y Toronto han acogido el estreno de estas películas y sus otros dos largometrajes en solitario, Hiroshima y 3.

Tras colaborar juntos en Whisky, Ana y Pablo han fundado una amistad y en este episodio hablan de sus respectivas filmografías para confirmar un elemento en común: que la vida privada también puede ser política.

 

Invitados

 

Créditos

Con la participación de Ana Katz y Pablo Stoll

  • Idea: Efe Cakarel, Sandra Gómez, Jon Barrenechea y Ricardo Giraldo
  • Producción y supervisión:Ricardo Giraldo
  • Productores ejecutivos: Efe Cakarel, Sandra Gómez, Jon Barrenechea, Diego Luna, Gael García Bernal y Paula Amor
  • Sonido: Javier Umpiérrez
  • Música original: Andrés Solís
  • Voz: Elvira Liceaga
  • Investigación, guion y transcripciones: Andrés Suárez
  • Coordinador de producción, guion y transcripciones: Fernando Peña
  • Grabación de Ana Katz en Argentina: Agustín Alecha en MCL Records
  • Grabación de Pablo Stoll en Uruguay: Pablo Macedo en Macedonia

Gracias a Diego Trigo y Luciano Villacé

La Corriente del Golfo Podcast y MUBI todos los derechos reservados © 2022

Transcripción

CRÉDITOS INICIALES E INTRO

  • Arranque sonido de prendido de “proyector” o sonido que considere Javier
  • Créditos producción (Voz Elvis): 

MUBI y La Corriente del Golfo Podcast presentan

  • “Beep” como de arranque de roll
  • Música (se queda hasta la presentación y arranque conversación)
  • Nombre del podcast y ID sonoro - Presentación del podcast.
  • (Voz Elvis): 

ENCUENTROS, 

un podcast de MUBI. La plataforma de cine seleccionado a mano.

Cada día, una nueva película. En cada episodio, una nueva conversación. 

  • Extracto conversación 1

ANA KATZ:

Las películas creo que uno las, las piensa afectivamente en relación a algunas personas, es imposible imaginar a todas las personas que van a ver una película.

  • Statement
  • (Voz Elvis): 
  • Las voces latinoamericanas más destacadas se reúnen para compartir y explorar el cine que nos gusta ver.
  • Extracto conversación 2

PABLO STOLL:

La frase de cabecera es “Todo cine es político”, ¿no? O sea, no hay un cine no político, o sea, Batman es político, punto. O sea, Aladdín es político, las películas que te tira una vez por semana para niños son políticas.

  • Presentación de invitadxs (duración máxima 1 min 20 segs)

En este episodio se habla de los vínculos familiares desde una perspectiva política y cinematográfica.

Ana Katz es una actriz, guionista, directora y productora argentina. Ha alternado y trabajado paralelamente en estos roles a lo largo de una filmografía propia de seis largometrajes, estrenados en festivales como San Sebastián, Sundance y Cannes. También ha colaborado con colegas de Argentina, España y Uruguay como Carlos Sorín, Paco León, Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella. En películas como El juego de la silla, Sueño Florianópolis, Mi amiga del parque y El perro que no calla, ha examinado con un humor impredecible la idea de familia que tejen personajes inestables y profundamente incómodos. 

Por otro lado, Pablo Stoll es un guionista, director, productor y editor de Uruguay.  Junto con Juan Pablo Rebella dirigió dos obras que se han convertido en grandes hitos del último auge del cine latinoamericano: 25 Watts y Whisky, películas con narrativas minimalistas a través de las cuales ha explorado otras caras de la amistad, la familia y el amor romántico. La Quincena de Realizadores de Cannes, Rotterdam y Toronto han acogido el estreno de estas películas y sus otros dos largometrajes en solitario, Hiroshima y 3. 

 

Tras colaborar juntos en Whisky, Ana y Pablo han fundado una larga amistad y en este episodio hablan de sus respectivas filmografías para confirmar un elemento en común: que la vida privada también puede ser política. 

 

  • Continúa música (10 segs)
  • INICIO

 

ANA KATZ:

Che, creo que es la experiencia más parecida a Gran Hermano que vivimos para siempre… (Pablo se ríe) ¿No? O al menos yo, al menos yo me siento así porque estoy en un estudio que no es mi casa. Estoy acá, ¿viste? Con… y te veo a vos. Y recién que lo escuché a Ricardo fue espectacular. Fue como: hay alguien afuera que nos está mirando. (Pablo se ríe) Pablo es un cineasta, eh, que… que, para mí, es muy valiente, eh, y, y lo digo... No sé qué quiero decir bien cuando digo esto porque lo digo de verdad, no lo digo como una manera de decir, a veces una palabra que se usa para, para otras cosas, digo. Creo que en 25 Watts, que fue una película que yo vi en, por primera vez en Toulouse

 

PABLO STOLL:

¿En Toulouse? 

 

ANA KATZ:

Eh, la descubrí 

 

PABLO STOLL:  

Nosotros nos conocimos en Toulouse, o sea… 

 

ANA KATZ:

(Se ríe) Nos conocimos en…

 

PABLO STOLL:

Podemos contarle a la audiencia que nos conocimos en Toulouse. 

 

ANA KATZ:

(Se ríe) Sí, ehm… es una película que, que tenía un estado de verdad, eh, muy palpitante… ahora vas a hablar vos porque si no es un papelón yo apropiándome de todo tu camino cinematográfico, pero que siento que, que con una maestría increíble saltó ese estado de verdad, saltó a Whisky y después saltó, eh… a, a Fantasma, aun después de la bomba de Hiroshima

 

PABLO STOLL:  

Ah, Hiroshima, decís

 

ANA KATZ:

Hiroshima, digo. ¿Estoy diciendo Fantasma?

 

PABLO STOLL:

Fantasma es de Lisandro (se ríe)

 

ANA KATZ: 

¡¿Ves?! ¡Esto soy yo! ¡Esta soy yo! No, y además quería decir Hiroshima

 

PABLO STOLL:

Sí, sí, yo sé

 

ANA KATZ:

Bueno, ¡vos lo entendiste, pero la gente no! (Pablo se ríe)

 

PABLO STOLL:

Yo entendí, yo entendí (se ríe)

 

  • INSERT MÚSICA
  • Nombre de episodio

Episodio 5. Lazos familiares

  • Fragmento de película

FRAGMENTO DE 25 WATTS


-Soy una ostra, tenía que haber pedido un solo deseo. Ahora estoy acá que se me dan las dos cosas, pero por la mitad: Leti me dice que soy divino pero volvió con el novio y en italiano salvo al hablar pero pierdo el escrito al día siguien…

-A huevo. Entonces, le digo al Héctor que no vuelvo a laburar más porque me anoté en facultad y ‘tá, a mi viejo le digo que no me anoté en facultad porque me conseguí otro laburo. Y a María…

-Estaban ahí bien paraditas, no se caían con nada, qué noticia de mierda. Los deseos no hay que decirlos, si no no se cumplen, mi tío Alfonso tenía razón, él siempre me decía de chico.

 

  • VOZ MUBI: 


Acabamos de escuchar un fragmento de 25 Watts, de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll

 

  • Comienza la conversación
  • INSERT MÚSICA 


PABLO STOLL:

25 Watts fue hacer la película que, que, que, que podíamos hacer en el momento que podíamos hacerla y justamente se daba que era la película que queríamos hacer, que no, no siempre pasa, eh, que lo que podés hacer es lo que vos querés hacer… Eh, y…

 

ANA KATZ:

Ya. 

 

PABLO STOLL:

Nada, fueron 10 años de amistad con Juan y como con, de charlas y de tomar cerveza y de… este, de cosas frente a la tele, que están ahí como, como, como una especie de síntesis en esos personajes, que además en un momento éramos nosotros, pero un momento dejamos de ser nosotros y empezaron a ser otras personas y después entraron los actores, y empezaron a ser los actores, pero a la vez fueron como, como otras personas, también ellos, o sea, fue como una, como todo un proceso larguísimo. Y de hecho, desde la, desde la más absoluta inocencia y desde la más–o sea, no sé si “inocencia” es la palabra porque queda como muy, como… como que le da, como un halo de, de infantilismo. O sea, no sé si “inocencia” o, o más como desde, desde la, desde la idea, ¿no? O sea, como, como, viste, tener como una idea en la cabeza e irse dando contra las paredes, este, y como que esa idea se vaya transformando en algo, como que después exista, eh…

 

ANA KATZ:

Perdón, pero, por ejemplo, la convivencia con la gente mayor en esa ciudad, en ese Montevideo que se pinta, ¿no? 

 

PABLO STOLL:

Claro, bueno es que eso era, era así. Era absolutamente sacado de nuestras vidas, o sea, Juan vivía con su abuela, yo vivía con mi abuela, eh, y era como siempre una, también una fuente, o sea, también ahí se cruzaba un poco lo de, lo de que si bien no es una película sobre la familia, está la familia ahí subyacente, representada como con esas personas grandes, una construcción familiar que eran los adolescentes o los jóvenes post-adolescentes y los, los, las personas de tercera edad y una generación que no estaba, o sea, que estaba trabajando o estaba en otro lado, o estaba encargándose de otras cosas que no era ninguna de esas, de esas dos puntas de su, de su familia de alguna forma, este... Entonces ahí como que se daba esa convivencia, fue una cosa que vivimos mucho, eh, Juan y yo. Y después, como también una ciudad que ya no es una cosa que, de hecho, en el momento en que filmamos la película ya no era como en el momento en que la vivíamos, eh… Ya la ciudad había cambiado, estaba como, se estaba gentrificando muchas partes de la ciudad, o sea, nuestro barrio había cambiado mucho, había muchos más coches, o sea, un montón de cosas que, que ahora ya pasás por los lugares donde se filmó 25 Watts y no los reconocés realmente. Era como una, o sea, una cosa como de pensar una forma también de aburrirse, ya no sé quién se aburre de esa manera, este… Pero cuando estuvimos en Colombia se pasaba la película en la, en la Cineteca en Bogotá y llevé a los protagonistas de la serie que filmamos a verla, que tenían–eran, eran todos pibes bogotanos de entre 13 y 16 años. Y si bien, o sea, tipo no les gustó mucho, igual se rieron en algunas partes, (Ana se ríe) igual entendieron de qué iba, o sea, entendieron que era, que era, entendieron como que era una cosa de sus padres, ¿no? Una cosa como de aburrirse y que antes se aburrían, de que antes se fumaba mucho, que se tomaba mucho en la calle, eh, les llegó de alguna forma, o sea, eso fue bastante raro.

 

ANA KATZ:

Bueno, pero, pero es eso, ¿no? El estado de verdad, eh, ese estado de verdad es más profundo, creo, de lo que estás, eh, esa presencia, por eso me queda mucho lo de las abuelas de crecer en conjunto con esa gente y el estado de aburrimiento que tiene que ver con otra cosa, si querés más hasta filosófica de la adolescencia de “Che, ¿me estoy preparando para qué? 

 

PABLO STOLL:

Claro…

 

ANA KATZ:

¿Y qué, qué hago hoy? Son las cuatro de la tarde y…”, eso está muy fuerte en la película y no sé si aun mirando TikTok no lo sentís cuando estás acostado. 

 

PABLO STOLL:

Es que a mí me dio la sensación esa, como de que vos podías–o sea, que ahora hay otras formas de aburrirse, o sea, que igual la multipantalla y la… la absoluta, este, interconexión y el hecho como de que vos tocás un botón y ese botón hace un efecto en otro, en otro y en otra persona en tiempo real, todo eso no deja de, no, no... O sea, no es como que no te deja sentir como ese splint del adolescente, o sea, que eso sigue sucediendo. O sea, capaz que hay que escarbarlo más, pero que sigue estando ahí, este… Y, o sea, ¿y cuál va a ser la reacción? O sea, ¿cuál va a ser el 25 Watts del futuro? Capaz que, capaz que ya está pasando en TikTok ahora mismo o en Twitch o andá a saber en dónde mierda, pero… (Ana se ríe) Pero creo que–Lo que no sé es si va a pasar en el cine, o sea, no sé si, si hay, este, o sea, en algún lado debe haber. De hecho, cuando hicimos 25 Watts había unos pibes polacos que, de hecho, hicieron una película muy parecida, o sea, pero lo habían hecho como mucho más, como si nosotros la hubiéramos filmado en nuestra primera idea de hacerla como con VHS y solo nosotros en pantalla, que era como la idea original de actuar Juan y yo y Arauco, otro amigo, hacer como todos los personajes, o sea–Y estos pibes polacos habían hecho eso como con unas cámaras Hi-8, la película era un bardo total, pero, digamos, era un momento en el cual eso estaba pasando, o sea, en determina–en muchos lugares al mismo tiempo, muchos lugares, eh, no centrales, digamos. Pero ahora no sé qué es lo que está pasando.

 

ANA KATZ:

Y… 

 

PABLO STOLL:

Y…

 

ANA KATZ:

¿Y Whisky?

 

PABLO STOLL:

Y Whisky fue como, este, una cosa completamente distinta, así como el chiste de los Monty Python, “Y ahora algo completamente distinto”. En un momento 25 Watts estuvo parada, trancada, no sabíamos cómo íbamos a terminarla, este, Fernando Epstein, el editor y productor, se había ido a Estados Unidos a una beca y no sabía si iba a volver, entonces habíamos quedado con la película a medio terminar y fue como un invierno bastante difícil que pasamos con Rebella, los dos sin trabajo, que fue el, el invierno del año 2000, eh… Y ahí empezamos a escribir algo, eh, (suena la silla de cuero) que no sabíamos bien qué era, pero que era, pero que tenía como telón de fondo la fábrica de calcetines de la, de la familia justamente de Fernando, que nosotros la conocíamos porque íbamos a visitar a Fernando a veces a ese lugar, que él trabajaba ahí, y que nos parecía súper absurdo, como, como una fábrica enorme, que lo que te regalaba al final de toda una cadena de producción fordiana gigante era una media, ¿no? Que es–una media de rombos. (Ana se ríe) Entonces, era como muy raro eso. Entonces empezamos a como a jugar con esas historias, como con qué podría pasar ahí adentro y llegamos a esa idea como de, que es una idea, como, no sé, que es Mujer bonita, digamos, ¿no? Que es, bueno, un tipo que hace que otra persona se haga pasar por su esposa para, para plantear una fachada de una farsa frente a un tercero y, y la decisión que tomamos, que sí fue una decisión como bastante, eh, explícita fue: “Bueno, pero vamos a contarla de la manera que no la contaría, que no sería como Mujer bonita: vamos a contar todo, todo, todo lo otro, todo lo que queda aparte, todo lo que en una película se sacaría, que son los silencios, los momentos incómodos, la parte en la cual hacen cosas más administrativas que cosas interesantes”. (Ana se ríe)... Ahí, ahí arrancó el guión y este... Y en un momento también estaba esa cosa como “Bueno, entonces van a ser varios días que se van a reiterar”. Entonces, dijimos: “Bueno, pero si van a ser varios días que se van a reiterar, no hagamos el clásico montaje de ‘el primer día contamos todo, el segundo día contamos un pedacito, el tercer día ya no contamos nada porque ya se sabe que esto se reitera’. Hagamos que el que–Vivamos con los personajes todo ese proceso, todo ese aburrimiento”, eh. Entonces, también como que fuimos haciendo eso y… Y bueno, después te llamamos (se ríe) a vos. Para la… Para la pareja. 

 

ANA KATZ: 

Cuando fuimos con Daniel Hendler, que tuvimos una escena pequeña y que esos días fueron tan soñados en el Hotel Argentino, ahí en Piriápolis, una vez me acuerdo que no nos tocaba filmar, eh, y... Digo, estaba feliz de actriz ahí dando vueltas por el Hotel Argentino y fui a ver un rato a Pablo y a Juan que estaban filmando y… En una escena en un baño donde había un toallón, eh, un día que después, al final en la cena, me acuerdo que me dijeron: “Fue difícil, hoy fue difícil”, ehm... 

 

PABLO STOLL:

Escenas en baños siempre son difíciles. 

 

ANA KATZ: 

¡Ah, espantoso! ¡Qué lugar terrible que es un baño, porque nada…! Es como con… y después las miradas falsas a los espejos, ¡malditos! Hay como toda una cosa espantosa… 

 

PABLO STOLL:

En el, en el baño te odian todos: te odia el sonidista porque rebota, te odia el fotógrafo porque son o blancos y–o son brillantes los azulejos y la luz copia, entonces es como que entrás al baño y ya entrás como perdiendo 3 a 0 porque todo el mundo te odia. Es apretado… Generalmente, hay olor, o sea, es la verdad, es como–o sea, siempre pongo escenas en baños y después digo: “¿Y por qué sigo escribiendo escenas en baños?” 

 

ANA KATZ:

 

PABLO STOLL:

Y bueno, porque uno sigue yendo al baño. Es terrible. 

 

ANA KATZ:

Y me acuerdo mucho de, del monitor de cuando iba a ver del–puntualmente, del toallero, del, del toallero y, y ustedes charlando y… tuve una sensación muy hermosa, más allá de que, por lo que me decían después, estaban trancados, ponele, pero sin embargo yo sentí que se estaba filmando ahí, que es algo que siempre me pasó con el grupo, digamos, de amigos y amigas así de Uruguay, eh, que nos hicimos ahí en Toulouse. Digamos, la sensación de que estaba, que en ese baño, en ese plano se estaba filmando, no era... Un plano de la película, sino que se estaba filmando, se estaba pensando… algo que me vuelve otra vez esa sensación de “estado de verdad”, que para mi Whisky lo tiene de una manera medio, medio perfecta, que…

 

PABLO STOLL:

 

ANA KATZ:

Que ni siquiera lo digo como algo bueno o malo. 

 

PABLO STOLL:

Sí, sí, sí

 

ANA KATZ:

ES, para mí.

 

PABLO STOLL:

Es que…

 

ANA KATZ:

Es medio perfecta. 

 

PABLO STOLL:

Ahora en, en la peli de zombis, el asistente de dirección había estado en Whisky también –era asistente de producción en Whisky– y en un momento yo le dije: “Che, ¿vos te acordás que en Whisky filmamos ocho semanas? Y acá esta película de zombies que tiene tipo miles de personajes, zombis, muertos, gente que se come a otra, la vamos a hacer en cuatro semanas, ¿qué hacíamos en Whisky? (Se ríe) O sea, ¿qué hacíamos todo el tiempo, con todo ese tiempo?” Y él me contestó muy sabiamente: “Y bueno, así quedó, ¿no?” Porque claro, era como, como, o sea, el plano del toallero… Teníamos todo el tiempo para hacerlo, “inventemos algo en este momen”-- o sea, tipo está, o sea, yo recuerdo ese día de, de trancadera, eh, como de mucho cansancio, de no sé qué, pero como que al final todas las cosas, o sea, teníamos el tiempo como para poder irlas como sobrellevando y rearmando y charlándolas y… y una cosa como que, que a mí me sigue pasando en los rodajes, que yo soy, o sea, que ahí pasaba, arrancaba desde Juan y, y yo para, para todos los demás, que era como esa cosa, como, viste, de, de charlar, ¿no? Charlar con Gonzalo, este, guionista y director de arte; charlar con el sonidista, que en ese caso era Cato; charlar con la fotógrafa. Charlar, ¿viste? Tipo “Bueno” y, o sea, como… eh, no encerrarse, viste, tipo no quedar como “Andá, no sé qué hacer, soy el director y todos me odian y yo los odio a todos”, eh, viste, como “Está esto, estamos acá todos juntos haciendo esto… charlemos. ¿Cómo, eh, cómo salimos de esta?”. “Perdón, que yo los metí acá, pero ayuden, tratemos de salir todos juntos”.

 

ANA KATZ: 

(Se ríe) Sí… sí, sí, eso, mencionaste a Gonzalo Delgado, aprovechamos para–porque es TAN parte de todo y también estuvo en El perro que no calla, así–Eso se sentía. No, y me vuelve algo que es este tiempo de, tiempo real, el tiempo en fast forward,el reloj de arena y ese, y ese tiempo de, de filmar en ocho semanas y de pensar con otros y otras, ¿no? Que ese es el cine un poco, que es muy hermoso. 

 

PABLO STOLL:

Digamos, muy participativa… que no, de repente no es tan horizontal, ¿no? O sea, el director de alguna forma, el director o directora, tiene su… su, bueno, su “Hasta acá llegamos con la discusión, esto se va a hacer así”

 

ANA KATZ: 

(Se ríe) Sí 

 

PABLO STOLL:  

Eh, pero, pero sí hay como una cosa como de, como, o sea, nada, es como, como–son unos aparatos complicados las películas, y, y necesitan de mucha gente y de mucha charla y de mucha cosa ida y vuelta. Viste, no sé, esa cosa como de que es una cosa así como que también evoluciona y como que tiene cierta vida propia y por eso los rodajes son, son como una cosa y las películas son otra, y por eso el editor no va al rodaje y lo ve después y este… Y así no, no, no trae como, como cosas, como de fuera del cuadro, o sea, tipo todo eso–No sé, capaz que es porque ahora estoy, estoy montando y justo estoy en ese momento, pero me parece que es, que es una cosa que tiene que ver como con el oficio de hacer las películas y como con–no sé si el oficio, pero es con el, con la forma mega-artesanal que le encontramos acá como para hacerlas. 

 

ANA KATZ:

Sí. Qué lindo 

 

PABLO STOLL:  

Porque después hay otras experiencias de rodaje, vos que, hemos tenido a ambos, o sea como–o son otras cosas, o sea no… O sea, el rol que juega el director es otra, o sea, como el, el papel que tenés que actuar como, como director o directora es otro. Igual, este, me voy a quedar siempre la pregunta esa que, que siempre te hago y que igual siempre yo ya, yo ya sé la respuesta, pero que es: ¿cómo es actuar y dirigir al mismo tiempo?

 

ANA KATZ:

(Se ríe) ¡No me doy cuenta! Eso es lo que te digo siempre, ¿no? 

 

PABLO STOLL:

(Se ríe) Sí, sí, claro

 

ANA KATZ:

No, no lo siento como algo distinto, eh… No me, no me importa cuando no dirijo o cuando no actúo, lo único que me importa en verdad es, ehm, estar en ese barcito donde lo que pasa me gusta y no, no, no me, no sé, no me doy cuenta directamente–Me, me, por suerte. Sí, me parece nefasto (se ríe) cuando no hay de lo que hablar, o sea, la pesadilla máxima sería que te obliguen a hacer una película que no te interesa, creo que eso sí es lo mismo que ser de otra, que dedicarte a otra cosa, o sea, no… Eso que te hace estar tanto tiempo frente a un toallero o eso que te hace, es que algo te pasó con eso, eso es, este… Actuar me encanta y quiero ver la película de zombis, Pablo. 

 

PABLO STOLL:

Ya la verás. Posiblemente, antes que el resto de la gente (suena la silla). En una versión así…

 

ANA KATZ:

Espero.

 

PABLO STOLL:

… de esas que, de esas versiones como que te muestran los amigos: “Che, ¿querés ver la película?” y después nunca la volvés a ver bien, con sonido de nada, tipo siempre la ves como medio mal terminada. Pero bueno, es lo que tiene. 

 

ANA KATZ:

Una vez me, una vez me dijiste, una vez me dijiste: “Yo ya sé que me va a gustar”, me dijiste, una vez que te dije de leer un guión y me dijiste: “Prefiero ver la película. Ya sé que vas, vas a ir bien. Quiero ver la peli” (se ríen). Me gustó eso, ¡me diste confianza! Y dije: “Bueno, está bien, está bien, le muestro la película directo”. 

  • Sonido de que se acaba el primer rollo/carrete como en proyecciones análogas o sonido/s que considere Javier
  • Arranca música de ENCUENTROS (está presente durante todo el intermedio)
  • INTERMEDIO 
  • Voz MUBI (ELVIS):

INTERMEDIO

  • Espacio de promo MUBI
  • Voz MUBI (ELVIS):

 

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Películas increíbles, interesantes y hermosas de todo el mundo. Obras maestras del cine, retrospectivas de directores, programas especiales, estrenos exclusivos y selecciones de los principales festivales de cine del mundo. 

Siempre hay algo nuevo por descubrir. 

 

  • PEQUEÑA PAUSA
  • Voz MUBI (ELVIS):

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PEQUEÑA PAUSA

  • Charla sobre películas favoritas
  • Voz (ELVIS):

En este espacio, Ana Katz y Pablo Stoll hablan de algunas de sus películas favoritas.

 

PABLO STOLL:

Aprovechando el espacio para, para, para proponer películas que me gustan, pero no sé si son películas como que me marcaron. Las películas que me marcaron son dos o tres y son, yo qué sé, La guerra de las galaxias, viste, que la vi 50 veces, tipo algo que no necesita que nadie diga: “Che, vayan a ver Star Wars(Ana se ríe). Digamos, Star Wars no necesita que yo diga eso, ehm, pero pensé en, en tres que son latinoamericanas. Una es, eh, Río, 40 grados, ¿vos la viste, la de Nelson Pereira Dos Santos?

 

ANA KATZ:

Mmmm, no, la he–sé, pero no, claro.

 

PABLO STOLL:  

Es una película brasilera del año, eh, creo que es del año o 51 o 49, no sé, es tipo como, o sea, y es un peliculón, así tipo es increíble y tiene una cosa como de, de… de libertad en la forma, o sea, la película viene, viene con un personaje y de repente se va con otro y después se va con otro y después se va con otro y después va como cambiando de, de puntos de vista de, y es como un friso de la ciudad, y termina–Pasa por el Maracaná en un partido del Flamengo y termina en una favela en un, este, en un momento de, con una escuela do samba, es una cosa como increíble, o sea, no sé…

 

ANA KATZ:

Wow.

 

PABLO STOLL:  

Yo la vi en la sala VIP como, no sé, en el año 2000, dos mil algo. La vi en un cine y tipo no podía creerlo, lo que era, o sea, tipo quedé así como súper excitado, me pareció una película increíble…

 

ANA KATZ:

Esos gustos que, esos gustos que se dieron en la Cinemateca, ¿no? 

 

PABLO STOLL:

Claro, ese tipo de cosas, como de poder ver una película como, como… Que si no, o sea, tipo, viste, tipo también era esa cosa como de los festivales, como pasaban una película y la ibas a ver porque estaba, porque estabas en el momento del festival y estaba el momento de la película, o sea, yo creo que la fui a ver sin muchas expectativas, o sea, sin–No conocía mucho el trabajo de Pereira Dos Santos ni nada, que ya era un tipo regrande en ese momento.

 

ANA KATZ:

Yo lo estudié y no la vi. 

 

PABLO STOLL:

Esa película es alucinante. Y es muy política, en un punto– Después otra que es re-política y que para mí es así alucinante y es una de esas películas que dos por vez las veo de vuelta, aunque no la veo entera siempre veo pedazos y es, este… Memorias del subdesarrollo… que hace bastante que no la veo, pero, pero no sé, tengo la idea como que, en este momento, es como una película, como que habría que ver, o sea, porque, eh, o sea, digamos, esa es una revolución explícita y capaz que estamos viviendo en unos tiempos así como medio de las revoluciones implícitas y…

 

ANA KATZ:

(Se ríe) ¡Las revoluciones implícitas! Es un GRAN título, ¿eh?

 

PABLO STOLL:

(Se ríe) Este, entonces, habría que ver, este, tipo como dónde ponerse en ese lugar y esa película es, es alucinante. Además, es como, así como súper moderna, en un sentido, o sea…

 

ANA KATZ:

 

PABLO STOLL:

Y, y como muy libre en su lenguaje. Y también me hizo acordar a, a, o sea, me–tu película me hizo acordar a ella. Y después hay, hay una que es una película del Garza, de Adrián Biniez, que yo no sé la viste, que es la última que hizo que se llama, se llama Las olas

 

ANA KATZ:

Las olas, sí, sí, sí, me encantó.

 

PABLO STOLL:

Que es una película así como sobre la memoria y la–el discurrir de ciertas cosas. Y hay algo en el personaje que hace el Tort en Las olas con el personaje que hace Dani en tu película, como que tienen un punto de conexión, o sea, como, no sé…

 

ANA KATZ:

Está genial ahí.

 

PABLO STOLL:

Algo como en la mirada o algo como en el momento de como de la, de la retrospección, que en el caso de, del Tort de Las olas, es implí–es explícita, y en el caso de Sebas, Daniel, Daniel Katz, es como más como interior, ¿no? O sea, como… no sé, el momento de cuando él va a la playa solo y está con el perro que encuentra en la playa me hizo acordar pila a Las olas, o sea, tipo también como por, por el momento de estar por el mar, el, la situación, pero es como, ah, como esto, esa idea como de esto podría ser lo que ya pasó y que lo estamos viendo dentro de una cosa que también está pasando, o sea, como esa, esa cosa como de la multiplicidad de, de, de tiempos en los cuales vivimos cuando, cuando mezclamos el recuerdo con lo que nos pasa. 

 

ANA KATZ: 

Está buenísimo lo que decís y está buenísimo que lo hayas centrado en, en Latinoamérica. Y a veces pasa que, bueno, me pasa, bueno, me pasa (se ríe)--ya que está, lo decimos, eh, me pasa con MUBI porque muchas veces no hay otros lugares dónde ver eso que sucedió y que se vea bien y todo eso, sobre todo en, en la pandemia, que no se podía viajar y que a veces los que hacemos cine, eh, esto que decías es tal cual: viste esa película un poco de casualidad en un viaje, ¡sobre todo las películas latinoamericanas! Que si no, acá mismo no las podemos ver…

 

PABLO STOLL:  

Si no vas a Toulouse no la podés ver…

 

ANA KATZ:

(Se ríe) Claro, exacto. Ves en Polonia la película chilena. Suele ser así. Y, y pensaba eso, ¿no? Que hay muchas veces que me encuentro con películas que digo: “¡Uy, pero esto estaba planteado! ¡Esto se planteó en el 50, en el 60, ehm, está en el 70!” Esto se planteó. Chicos, ya esto se planteó a nivel, eh, político, a nivel lenguaje, a veces una libertad que uno dice: “¡Ah! La perdimos” (se ríe).

 

PABLO STOLL:

Claro. 

 

ANA KATZ:

Como si se cae alguien del auto: “¡Chicos, había, estaba, se cayó! ¿Cómo hacemos?” Que vos no te habías acordado que había. E incluso eso de ver películas, re-ver películas que, que vimos cuando, cuando–A mí me pasó hace poco que volví a leer a Ken Loach, que la verdad que en el momento de estudiar Cine me copé y, de hecho, una de las películas que había elegido, eh, por formativa en mí fue Riff-Raff porque me acuerdo que en el momen…

 

PABLO STOLL:

Qué buena película

 

ANA KATZ:

Sí y cuando la vi me acuerdo que fue… Ah, que igual seguro, me nombraste a Nelson Pereira Dos Santos, decías: “Claro, debía estar, eso debía estar sembrado”, pero de todas maneras sí, eh, a lo largo del camino de ese cineasta vos decís: “Hay una persona que es íntegra”, que hay un camino súper sólido respecto a sí mismo, como de búsqueda, de descubrimiento y de reflexión en torno a algo. Pero, pero es un camino, es un camino que está como trazado. Y me acuerdo que con Riff-Raff, en relación a esa cámara en mano y a esa manera de buscar entre diálogos de–En ese caso me acuerdo que eran obreros en una construcción en ese edificio, que yo decía: “Pero pará, pero esto está…”--De  hecho, teatro hice siempre desde chica y estaba mezclado ya como ver qué pasaba como actriz o qué están haciendo esos actores. La sensación esa era: “Pará, pero ¿estos actores cómo los filmó? ¿Cómo se…? ¿Cómo…? ¿Por qué pasó esto que pasa en Riff-Raff? ¿Qué…? ¿Por qué hacen…?” Hay un momento de unos chistes que hacen, que era que, que, que lograba mucho esa cosa de estar boludeando en medio del laburo, 

 

PABLO STOLL:

Sí, sí.

 

ANA KATZ:

Como un laburo que te exige y vos riéndote y que… que es casi, yo creo, una de las leyes para soportar algunos laburos, ese estado de camaradería, de eso que te hace zafar y que si está la estoy pasando bien y, mientras, por ahí estás 14 horas o más. Pero me acuerdo que pensé mucho eso, dije: “Che, pero esta gente está actuando, esta cámara, esta gente, ¿qué están haciendo?” Igual me quedé recolgada porque pensaba que claro, que toda esa corriente del cine brasileño, que después directamente se fue del Instituto de Brasil, ¿no? Pasó a ser…

 

PABLO STOLL:

Sí, esa gente fue, como que quedó como media colgada del pincel así, ¿no?  Pero hay la anécdota de Río, 40 grados es que la prohibieron en Río (Ana se ríe) y… mmm, y el prefecto de Río, no sé como le llaman en Brasil, el, el alcalde dijo que la prohibían porque era una película fantasiosa porque en Río nunca hacía 40 grados 

 

ANA KATZ:

Espectacular. 

 

PABLO STOLL:

Lo cual es como una genialidad de la, o sea, viste de las un millón de formas que toma ridículas que va a tomar la censura y pueden usarla, ¿no? Porque es como, o sea, tipo es increíble y… es una película así alucinante, o sea, es la película más famosa de Nelson Pereira dos Santos es Vidas secas, que es en el nordeste, nosequé… esta es, es otra cosa, es mucho más urbana, a mí me, me… gustó más, digamos. Es menos... No sé, es menos como de género, eh, rural latinoamericano que, que Vidas secas, que es basada en una novela y blablablá. O sea, esta no sé si es basada en una novela, no tengo mucha idea, pero sí es una película alucinante. 

 

ANA KATZ:

¿Dónde conseguirla ahora, no?

 

PABLO STOLL:

Bueno, habría que pedir, pedírsela a MUBI (se ríe) 

 

ANA KATZ:

Claro, si pueden incluir, eh… Y después no puedo no nombrar yo, eh… Qué cosa que me fui para Europa, ¿no? Pero Las noches de luna llena, de Rohmer, que es una película que no sé cuantas veces vi. Muchísimas. 

 

PABLO STOLL:

Nunca la vi esa de Rohmer. 

 

ANA KATZ:

Agh, te estoy dando un planazo, te estoy regalando un planazo cuando no quieras hacer avanzar el reloj de arena (Pablo se ríe), eh… Tiene una historia un poco trágica con la protagonista, que por suerte durante gran cantidad de tiempo que la vi no supe, porque no soy muchas veces de–¿Viste esa gente que antes de ir a ver una película googlea todo? De qué se trata, de quién y quiénes son. Bueno, soy un desastre. Ni siquiera me enorgullece. 

 

PABLO STOLL:

Somos de una generación en la cual hacer eso implicaba ir a una biblioteca, o sea, si vos querías ver (Ana se ríe), saber algo de una película antes de verla cuando tenías 20 años, tenías que ir a una biblioteca, a la ficha, a la Filmoteca, a la Cinemateca, pedir como que te dijeran, viste, no sé, era una cosa como, o sea, tipo, o sea, no, no era lo que es ahora, no era como que ahora tipo estás viendo la serie y mientras decís: “Esta actriz yo la conozco, a ver, ¿de dónde la conozco?”, entonces ponés IMDB y te sale que la conocés, ¿viste? O sea, eso no existe, o sea, tipo no existía, no existió nunca, o sea...

 

ANA KATZ:

Bueno, no, la protagonista de Las noches de luna llena murió a los 25, una cosa así, cosa que yo no supe, un año después de filmar la película. Es una protagonista deliciosa a un nivel inexplicable, eh, y la película es maravillosa, pero maravillosa. Para mí, es una, un, eh, así como es de inentendible el amor, así lo logró retratar la película.

  • Fin del INTERMEDIO
  • Arranque sonido de prendido de “proyector”
  • Voz MUBI (ELVIS)

Segunda parte

  • “Beep” como de arranque de roll
  • Música (se queda de fondo para el arranque de la conversación, desaparece en fade out)
  • Continúa la conversación

 

PABLO STOLL:

Yo no había visto, eh, tu película hasta ayer, este, entonces ahora, justo hace un rato, me mandaste un mensaje diciendo: “¿Y? ¿Me vas a contar?” Y yo te dije: “No, no te voy a hacer el spoiler justo antes de empezar nuestra charla”.

  • Fragmento de película

FRAGMENTO DE EL PERRO QUE NO CALLA

-Perdón, ¿se quedan a comer?

-Ay, sí.

-Musaka va a hacer, ¿te gusta la musaka?

-¿Es, eh…? ¿Qué es?

-Verduras, verduras.

-Ah, sí, sí.

-No deberías ponerle un restorán al chico.

-Gracias.

(Se ríe)

-Bueno, escucháme. 

-Bueno, ¿qué hacemos?

-Esperá, porque te explico: estaba Catalina también ahí, que, viste, no quería hablar mucho del tipo, pero me dijo que estaba nerviosa. ¿Vos te das cuenta que me va a decir que estoy nerviosa? Pero está mal de la cabeza… 

-Pero esperá.

-¡No!

  • VOZ MUBI: 


Acabamos de escuchar un fragmento de El perro que no calla, de Ana Katz

  • 38’45” Continúa la conversación

 

PABLO STOLL:

Y nada, y lo que me pasó fue, fue un poco eso que decís vos. Me conmovió mucho, quedé así como medio, ehm… trastocado, no sé cómo explicarlo, o sea, como, como fue una cosa–Es… eso es de esas películas como que todavía no termino de, o sea y me van a pasar, me van a faltar días como para que me baje del todo y como para para ponerla en, en relación, pero como mucha cosa como de mucha resonancia muy concreta…. Eh, como muy familiar, este, sea, y parte de, o sea, digamos, pasando como lo familiar, obvio, ¿no? O sea, el hecho de que yo conozco a tu hermano desde que te conozco a vos y conozco a un montón de los actores que aparecen en la película y que hay un montón de cosas que yo sé, digamos, que un espectador normal tal vez no sepa al respecto de vos, de la película, que cosas que ya hablamos, aunque yo no hubiera visto la película… Ehm, o sea, trascendiendo todo eso, eh, el, el periplo del personaje, o sea, el el viaje que hace él es de una resonancia como muy fuerte en el sentido de eso, ¿no? Como de la búsqueda del lugar, dónde sentirse cómodo, eh, darse cuenta como que no hay un lugar para sentirse cómodo, o sea, que esa supuesta comodidad o esa supuesta forma de vivir como más simple, que todos de alguna forma anhelamos, no existe. Y en cada una de esas encarnaciones él se va complicando porque, porque todo se complica, entonces es cuando, viste, el sueño–se va al campo y cuando va al campo, no, no era ahí y… No sé, o sea, también el mundo de la pareja y la conexión y el hijo, o sea, y todo es como, como una cosa así como de, de nunca poder, eh, estar del todo, ehm, eso, como cómodo en el mundo, ¿no? Y… Y que tampoco implica como una cosa de, de, o sea, que es como una especie de lucha, porque es una lucha, pero es una lucha muy subterránea en el personaje y en todos nosotros, ¿no? O sea, no es como una lucha como de: ”Bueno, entonces ahora, este, como no me siento como del mundo, agarro y pongo una bomba, este, en no sé dónde”. Es como una cosa, como más, o sea, que… este, de aguantar un montón de explosiones que pasan adentro de uno todo el tiempo y más o menos irlas, este, llevando y como, este, ir poniendo cara buena y cortando, eh, berenjena, o sea, el momento del corte, la berenjena me puse como a llorar… porque… 

 

ANA KATZ:

Oh, quiero decirte que este es un momento muy importante, está siendo registrado un momento muy importante porque las películas creo que uno las, las piensa afectivamente en relación a algunas personas, es imposible imaginar a, al, a todos, a todas las personas que van a ver una película. Y para mí la mirada de Pablo es una mirada que espero, que anhelo, que estoy esperando a ver qué piensa y que y que me gusta y que es dura, y escuchar esto me, me resulta como un registro de un gran momento personal, digamos (se ríe)

 

PABLO STOLL:

Sí, es raro, ehm, también no, no, ehm, yo soy bastante parco, no sé si, si te diría todas estas cosas en otra situación (se ríe), de “No, me gustó, Katz, está buena, me gustó, me gustó, me gustó, etc.” 

 

ANA KATZ:

No, mentira, estás mintiendo, estás min–Depende de la hora, del bar, de la cantidad de cervezas. 

 

PABLO STOLL:

Claro…

 

ANA KATZ:

No, no , no creo, no creo… 

 

PABLO STOLL:

Y volviendo a la berenjena, o sea, mientras se corta la berenjena, lo que se escucha es una, una reivindicación sindical, ¿no? Una reivindicación de, que más allá de sindical, es una reivindicación de la educación desde un lugar, eh… Entonces, eh... Hay como, como , o sea, que la película empieza, empieza teniendo como sustrato político más, más leve o más, más subterráneo y en un momento como que aflora fuerte, ¿no? Este… con el tema de las escafandras y todo eso, entonces… Nada, me pareció como, como… Creo que es la más política de tus películas, eh, más allá de que, de que recuerdo una encarnizada discusión con Juan Pablo Rebella hace mucho tiempo en que yo decía que El juego de la silla era una película política y él, este, decía que era una comedia y tuvimos una discusión así, como de esas que terminan como: ¡Andá a cagar! ¡No, andá a cagar vos! No sé qué, así como, viste, como, muy como… 

 

ANA KATZ:

Ay qué hermoso

 

PABLO STOLL:

Como de enojo, ¿no? O sea, que era como, yo le estaba dando, como una lectura completamente caprichosa a El juego de la silla, pero, pero que podría ser como una especie de, este, “¿Qué pasaría si…?”, ¿no? Capaz que nunca te lo comenté esto, pero era…

 

ANA KATZ:

No

 

PABLO STOLL:

Ehm, como si El juego de la silla, que es este, este pibe que vuelve por un día a su familia y se va y todos saben que se tiene que ir, eh… Si, si… una lectura política que fuera: “Bueno, es, es un desaparecido que vuelve un día”... O sea, ¿cómo sería eso? O sea, ¿cómo se implicaría eso desde lo que sabemos nosotros? O sea, de, desde el lugar político a esa parte, como esa bajada súper familiar, ¿no? O sea, no sé, entonces yo empecé como a, que es es una…

 

ANA KATZ:

Está buenísimo 

 

PABLO STOLL:

Eso es una, una interpretación súper, traída de los pelos; la película en ningún momento lo propone,eh, o sea… No está en la película, es una cosa que la dije yo como un día, como pelotudeando con Juan, este, y Juan se lo tomó muy, muy en serio y se enojó mucho y decía que no, que era una comedia. Y entonces, yo como esa cosa como, viste, la discusión por la discusión en sí misma, como empecé a decir: “Bueno, no, pero entonces mirá…” y lo fuimos estirando como hacia un lugar, pero, pero entonces, o sea, incluso sin esa parte caprichosa mía es una película política, porque eso, es un tipo que no vive más en su país, no vive más en su familia, o sea, independientemente por qué se haya ido o por qué se mantenga fuera, o sea, hay algo también que hace que él no puede estar ahí y en, y hay como una cosa, como de un sustrato político económico, ¿no? Eh, independientemente, que se haya ido porque él tenía ganas, eh… 

 

ANA KATZ:  

Sí, sí… Sí, sí, claramente sí, eh… 

 

PABLO STOLL:

Y es también una película como muy de, de ese tiempo de la Argentina y del Río de la Plata y Latinoamérica en general, ¿no? Como el momento de que la gente se iba a la mierda… Eh, y después, o sea…

 

ANA KATZ:  

Sí, pero igual 

 

PABLO STOLL:

Sí, dale

 

ANA KATZ:  

No, una cosa, una cosa chiquita, pero que tiene que ver. Conocemos mucho el valor de la falta porque la falta para nosotros significa, eh… jugar desde un lugar siempre con, con varios puntos abajo, digamos, ¿no? Como es de, de la mayor astucia perversa y cruel la idea de desaparecer gente porque te, porque, porque te sacan esas, esos jugadores y esas jugadoras que movían la balanza, que cambiaban realmente el final del partido, entonces esa, esa falta a veces sobre una institución como la familiar, que, que, para mí, al menos las flechas cada vez apuntan más con mucha sospecha, cada vez entendiendo más para qué funciona, más allá después de los vínculos afectivos y personales de cada persona con su familia, digamos, la manera de funcionar de una familia, sí, es verdad, uno--no, uno no, yo al menos voy viviendo desde El juego de la silla en adelante con, con la, con la mirada un poco asombrada y con la sensación cada vez más, eh, clara de que, de que hay una construcción de una justicia–de una injusticia espantosa, entonces es imposible que la política no esté 

 

PABLO STOLL:

Sí, es que es como, como… Che, hay como, en tal vez en Los Marziano era como hasta, hasta El perro era la película más, más política o más es política que habías hecho, que, que tiene un nivel y una fineza en la observación de, como de la estructura social de la clase media, media alta y como, así de un sector que conocemos, digamos, de la, de la sociedad que es increíble. O sea, que es como, es increíble que es como así tipo también, me parece como, de tus películas, la más “reídera”. O sea, como en la onda, el éxito “reídero” de la temporada, o sea, como esa cosa, como de que es una película como que te reís un montón y ves que te estás riendo de unas cosas que están recomplicadas (Ana se ríe). Recomplicadas a nivel sociopolítico, digamos, ¿no? O sea, no solo como a nivel familiar, de las estructuras familiares o de cómo las estructuras familiares también son, son eso, ¿no? También son una parte–cómo están, cómo están filtradas por las generaciones sociopolíticas generales, ¿no? 

 

ANA KATZ:

Al final, cuando decimos “Tiene un costado político” es no disimular, ehm… Es como un no disimulo de, de un mapa de realidad. 

 

PABLO STOLL:

Sí, claro, es que, en realidad, o sea, digamos la frase de cabecera es “Todo cine es político”, ¿no? O sea, no hay un cine no político, o sea, Batman es político, punto. O sea, este, Aladdín es político, las películas que te tira una vez por semana para niños son políticas. O sea, el que me diga lo contrario está mintiendo, o sea, eh… Ahora hay como una cosa como de lo, como de hacer un poco más patente o un poco menos patente en la historia, ¿no? Que es a eso a lo que me refería con con el, con tu peli, o con con Los Marziano, o sea, como, como, como, y que la intersección –esa que siempre está– esté un poco más… sea más parte de la historia o sea una cosa que en la cual si, si no la lees del todo… es que no estás queriendo leerla, o sea, que no querés, que te estas haciendo el pelotudo. 

 

ANA KATZ:

Bueno, yo creo que es igual–me cuesta creer que no sea así, pero en general, pero sí, es verdad, es verdad. No sé por qué me acordé de algo que es medio cuelgue, pero que influyó cuando hice Mi amiga del parque, la sensación que yo arrastraba y juntaba hacía un montón de tiempo que era, que tenía que ver con los parques, que una vez estaba en el arenero, tenía a mis hijos muy chiquitos, entonces el parque me quedaba muy cerca, a una cuadra y era un lugar, un momento del día que yo ansiaba ir al parque y estar ahí y estaba en el arenero, que era eso que descubrí que, que era uno de los pocos lugares, uno de los pocos lugares donde se juntaban distintas clases sociales, ehm –porque la escuela no, en los restaurants no, en las casas no y en el parque sí, sobre todo en Buenos Aires, donde hay tan pocos y la gente está como derramada allá sobre los parques desesperados todos por, claro, no tenemos La Rambla, ¿viste? Así, digo, no sé–. Eh, y, y una vez vi un nenito chiquito, uno tipo 2-3 años, que estaba arriba de un, de un coso, de una estructura de esas de las plazas, medio yendo hacia un lugar donde si no te agarrabas del palo para deslizarte te caías y el nene no, no tenía la edad para eso. Y entonces, empecé a mirar –tenía a los míos por ahí–, empecé a mirar y vi que, eh, que, que, como que pensaba: “Bueno, ¿quién, quién es? ¿Quién es la madre o la persona que está cuidando?” Éramos madres en general, aunque quede mal decirlo, la mayoría éramos madres y algún padre, pero estaba mirando y decía: “Pero ¿quién es la madre? ¿Quién es la persona que…? ¡Nadie!” Y veía que estábamos todas mirando cómo ese nene se acercaba al vacío, pensando: “Bueno”, como si fuese “Eso no es mi jurisdicción”. ¿Qué?

 

PABLO STOLL:

Sí, seguí

 

ANA KATZ:

“No, no es mi jurisdicción, pero es lamentable que esté pasando esto. Hay un nene que va a caer al vacío y es algo terrible, pero no es mi provincia, no afecta a mi territorio y es una gran pena esto que va a pasar si no se acerca a la persona que le corresponde”. Entonces pensé en esa oportunidad y muchas veces, porque así vivo, como cada vez más diciendo como: “Claro, está todo mal”. Está todo mal hecho, eh, porque esto era como, no era algo ni siquiera un trabajo económico, era, ehm... ¿Cómo puede ser que sea tan gráfico…? Y era así todo, como los baldes, qué balde se presta, cuál no, la manera de arrimar a tus propios hijos cuando te das cuenta que hay una aparición que, que te parece más lumpen que la tuya. 

 

PABLO STOLL:

 

ANA KATZ:

Eh… (se ríe) Es como… 

 

PABLO STOLL:  

Sí, debería volver a ver, eh, Mi amiga del parque porque cuando yo la vi no, no curtía parques como, como curto ahora (se ríe), que, que hace tres años que… 

 

ANA KATZ:

¡Absolutamente!

 

PABLO STOLL:  

…que meto parque, eh, este, palita y… y este, compartir cosas. Y además, eh, me tocó como la, el mundo… Nada, empezamos con el mundo parques fuerte en plena pandemia, ¿no? Que era como, este, eh, todo bien, pero todo mal. 

 

ANA KATZ:

Sí, sí.

 

PABLO STOLL:

Me tocás la palita y sacamos el alcohol y no sé qué, y quién usa tapabocas y quién no usa tapabocas, y en qué parque va, se va con tapabocas y en qué parque no, este, viste una cosa así como… bastante como muy… 

 

ANA KATZ:

Psicótico.

 

PABLO STOLL:

…de tu película también, o sea, muy como, como de, de la parte esta la del, del meteorito, ¿no? Es como esa parte que decís tipo, o sea, empieza como, como a ejercerse como un poder exterior, este, rarísimo y la, y la careteamos, pero hasta ahí, ¿viste? Entonces es medio como también: “Todo bien, todo bien que venga el nene”, pero viste tipo como “Este, este no y este tampoco. Y entonces me doy vuelta y le pongo alcohol, este, mientras vos no me ves porque no quiero pensar que vos pienses que yo pienso que tus niños están contagiados de una cosa, que…” Todo como…

 

ANA KATZ:

Pero lo pienso… 

 

PABLO STOLL:

Pero claro, pero viste, tipo… Entonces fue como, tendría que volver a ver, este, Mi amiga del parque ahora, como con poder. Yo recuerdo mucho como, como ese momento de vos y de Inés con sus hijos más o menos de la misma edad, tipo –de Inés Bortagaray, la, la, eh… coguionista– Y claro, para mí era súper ajeno. Y ahora de repente es como que no…  

 

ANA KATZ:

Eh, y pensaba que también, ehm… para mí, vos sos uno de esos hombres, sos uno de esos varones, eh, que tienen, que están totalmente, eh, que podrían estar en ese marco de la película, eh, que era unas ganas muy profundas que yo tenía–El personaje de Sebastián de la película que, que bueno, si bien la forma de ser de, del actor, de mi hermano, no, no, no, no es para nada el personaje pero sí, porque realmente es muy distinto, pero sí comparte una sensibilidad o una mirada política, que son todas cosas que creo que vos tenés muchísimo como como persona y como cineasta y como ser también, que a veces se indigna con situaciones de cómo acontecen las cosas, eh, con razón. Pero digo que una per– un varón que vive afectado por la realidad de las cosas, cuando en verdad el mundo o la sociedad tiende a premiar a los varones que apoyan cómo son las cosas.

 

PABLO STOLL:

 

ANA KATZ:

Digamos, el varón más aplaudido en general es el–Bueno, aunque te haya ido bien, Pablo, ese es un tema, ese es un tema tuyo– Pero me parece que hay una manera de entender, digamos esto, cuidar a un hijo, cuidar una planta, cuidar un perro, poder ver a una persona cómo está, darse cuenta si está bien ese día o si está mal. Así dicho, parece que es una obviedad, pero no, no son cosas que se promuevan culturalmente hacia, hacia los varones. No es una bajada de línea, ¿eh? 

 

PABLO STOLL:

No, no, sí, sí

 

ANA KATZ:

Es algo muy sensible que siem–que siempre me pasó y en el caso, por ejemplo, de la música de Nicolás Villamil, que, que es un, es una persona que no está en este mundo pero sí en el mío y en mi recuerdo que también lo has visto o lo has escuchado, su música… 

 

PABLO STOLL:

Es increíble, la música es increíble de la película. Y, y… nada, cuando empecé a verla pensé en él y no sabía si la música era o no. No me, no me acuerdo, supongo es algo que habíamos hablado, pero no me acordaba. Y entonces también como el, ah… Cuando aparece, este, en los créditos es como un fuego muy impresionante y con la canción justo, es como un momento así como también muy emocionante, ehm... Y sí, yo lo conocí muy poco, pero lo conozco y lo conozco más por su música, por su música en relación a tus películas también, ¿no? Este…

 

ANA KATZ:

Che, nos tenemos que ir. Seguiremos en un bar, espero…

 

PABLO STOLL:

Sí, espero que en la misma ciudad en algún momento. 

 

ANA KATZ:

 

PABLO STOLL:

Bueno, muchas gracias por este momento, Katz, este, siempre es un placer hablar contigo y gracias a MUBI por haberlo hecho posible. 

 

ANA KATZ:  

Eh, eso, Stoll, y eso, MUBI. Muchas gracias. 

 

  • Sonido de que se acaba el segundo rollo/carrete como en proyecciones análogas
  • ID DE CIERRE (CON MÚSICA DE CRÉDITOS)
  • Voz MUBI (ELVIS):

ENCUENTROS, un podcast de MUBI en español. La plataforma de cine seleccionado a mano.

  • ID sonoro - Presentación del podcast.

Cada día, una nueva película. En cada episodio, una nueva conversación.

  •   ANUNCIO
  • Voz MUBI (ELVIS):

Escucha otros episodios de nuestra primera temporada de: ENCUENTROS de MUBI podcast con Paz Encina, Kiro Russo, Dolores Fonzi, Antonia Zegers, Julieta Venegas, Eugenio Caballero, Martín Rejtman, Jayro Bustamante, Cristina Gallego y Santiago Motorizado

  • DEJAR UN PEQUEÑO ESPACIO SÓLO CON LA MÚSICA
  • CRÉDITOS
  • (Voz Elvis):

Esto fue ENCUENTROS de MUBI podcast, con la participación de Ana Katz y Pablo Stoll

Idea: Efe Cakarel, Sandra Gómez, Jon Barrenechea y Ricardo Giraldo

 

 

Producción y supervisión: Ricardo Giraldo

 

 

Productores ejecutivos: Efe Cakarel, Sandra Gómez, Jon Barrenechea, Diego Luna, Gael García Bernal y Paula Amor 

 

 

Sonido: Javier Umpiérrez

 

 

Música original: Andrés Solís

 

 

Investigación, guion y transcripciones: Andrés Suárez

 

 

Coordinador de producción, guion y transcripciones: Fernando Peña

 

 

Grabación de Ana Katz en Buenos Aires: por Agustín Alecha en MCL Records

 

 

Grabación de Pablo Stoll en Montevideo: por Pablo Macedo en Macedonia

 

 

Gracias a Diego Trigo y Luciano Villacé

 

 

Voz: Elvira Liceaga

 

 

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