Después de trabajar juntos en Rojo (2018), el director Benjamín Naishtat y el actor Alfredo Castro se reencuentran para hablar del terror, el placer y el misterio que representa hacer una película.
La incertidumbre es para ellos un factor esencial del rodaje: el director no conoce todas las respuestas y el actor no sabe qué personaje reencarnará en su cuerpo. Al intentar describir la experiencia de un rodaje, ambos coinciden en que la esencia de la creación es la locura.
Castro y Naishtat reclaman un cine subversivo que no pueda ser domesticado por los modelos actuales y que sea capaz de usar la imaginación para releer la historia.
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Con la participación de Alfredo Castro y Benjamín Naishtat
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MUBI y La Corriente del Golfo Podcast presentan
ALFREDO CASTRO
Cada vez que me enfrento a una película, a un rol de… sufro terror, me da terror, me da terror. Terror y mezcla con un con un goce infinito, ¿me entiendes? Una vez que acción ese salto al vacío y tener que estar ahí bajo ese cielo con esos textos es un placer que no hay igual en la vida para mí, no hay nada.
BENJAMÍN NAISHTAT
Las historias que nos gusta ver que nos imprimen son historias donde hay mucha miseria porque uno no se reconoce en las virtudes o por lo menos no me parece interesante reconocerse en las virtudes, me parece interesante reconocerse en las miserias y conmiserarse.
En este episodio se habla sobre el goce y el misterio de hacer cine.
Alfredo Castro es hoy una figura ineludible del cine latinoamericano. Su método se basa en la experiencia orgánica de una poética alejada de un saber académico: metabolizar los personajes que interpreta, unir el lenguaje y la carne, encontrar un tercer cuerpo. Tras una larga experiencia teatral, inició su carrera cinematográfica colaborando con Pablo Larraín y desde entonces ha actuado en obras de jóvenes realizadores de su país y reconocidos directores de todo el continente, como Rodrigo Sepúlveda, Lorenzo Vigas, Marcela Said, Alonso Ruizpalacios y Santiago Mitre.
Por su parte, el director argentino Benjamín Naishtat ha cultivado a lo largo de una década un interés por la oscuridad que habita en el hombre común, la sociedad que lo alberga y la historia de su país. Ha explorado la violencia a través de distintos estilos cinematográficos que hallan en el horror un punto de encuentro. Sus largometrajes Historia del miedo, El movimiento y Rojo se han presentado en festivales como Berlín, Locarno, Toronto y San Sebastián.
Alfredo y Benjamín mezclan belleza y crudeza en su trabajo cinematográfico.
BENJAMÍN NAISHTAT
Me acuerdo de los primeros días que empezó esta locura, eh, y estaba viviendo en San Telmo, ¿viste? En un departamentito muy chiquito y un día entro a una pescadería y entra una señora con 3 o 4 máscaras una encima de la otra puesta (Alfredo se ríe) y estábamos los clientes separados los unos de los otros para pedir ahí pescado y nos empieza a echar a nosotros, este, aerosol con alcohol, por paranoia... Pero me pareció tan divertido, viste, como...
ALFREDO CASTRO
Yo tuve que ir al dentista, Bejamín. Fui al dentista también (se ríe), estábamos separados por metros, metros y una señora de repente empieza una especie como de delirio, con mascarilla, con todo y empieza despacito a decir "¿Qué estoy haciendo aquí? ¡¿Qué estoy haciendo aquí?! ¿¡Qué hago aquí?!", dice (se ríe) y se paró y se fue, y la secretaria y todos quedamos como demudados así y es una escena increíble.
Episodio 4. La emancipación de la locura
BENJAMÍN NAISHTAT
Escucháme, sabés que en vistas a esta charla que íbamos a tener, eh, me puse al día con una peli que tanto había escuchado y nunca había podido ver en verdad, que es El club.
ALFREDO CASTRO
Ah, la viste...
BENJAMÍN NAISHTAT
Creo que es de 2017, no, un poco anterior, ¿no? Sí. Eh, y me habían dicho que era buena y es buenísima, pero nadie me había dicho lo terrible que es.
ALFREDO CASTRO
Es espantosa
BENJAMÍN NAISHTAT
Nadie me había advertido o no sé si es algo de la pandemia que estoy como con poca predisposición a ver cosas, eh, que, muy oscuras, no sé si te pasa, ¿no? Como algo de predisposiciones que uno va, va perdiendo porque está todo tan para la tierra que quizás, viste, estás con ganas de otro tipo de energía, pero me dejó pensando una cosa y era una de las preguntas que, que me traje, eh, que hacés un malo tan terrible y tan sutil también con tantas notas, digo que... siento que te vi hacer de malo tantas veces, eh, seguramente de otras cosas has hecho y de cosas que no vi, digo pero te pasa mucho, ¿no? Que, que te llaman para hacer personajes, este, digamos, energías oscuras, eh, yo te puedo decir por lo menos 4 o 5 películas tuyas que, que, que van por ese lado, bueno, contando casi todas de Larraín: Toni Manero, No que también de alguna manera es un personaje muy jodido, ¿viste? Malo, eh, traidor y qué sé yo, y no son las únicas, digo. Y digo, ¿a qué atribuís esa, esa cosa reiterada que te llevan para ese lado y cómo lo lográs hacer tan bien siendo que sos un tipo tan suave y tan, este, ameno? Digo, doy fe que estar cerca tuyo es, sos una presencia alegre y, este, liviana en el buen sentido, digamos, ¿no? No sos de las personas que entran a un cuarto y uno ya, digo, no sé, ¿cómo, cómo construís esas energías, viste?
ALFREDO CASTRO
(Suspira) Yo la primera película que hice fue, eh, Tony Manero y Tony Manero era un personaje muy oscuro y fue mi aprendizaje, yo, yo no había hecho cine antes nunca, entonces ya bastante viejo, pasados los 50 años, me toca la primera película con una cámara que estaba detrás mío, frente mío, al lado mío, a 1 metro o metro y medio, durante seis semanas y tuve que aprender a hacerlo, y eso me lo enseñó Larraín. Me enseñó a no gesticular, a respirar, me enseñó a, a no pestañar, me enseñó (ríe) a muchas cosas que, que, claro, después vas enterándote de que, de que va a ser tu estilo, cierta forma de suceder. Ahora, eh, de ahí a adelante, Benjamín, pasó lo que tenía que pasar que fue que la gente me empezó a llamar a hacer ese tipo de roles.
BENJAMÍN NAISHTAT
*Suspira* Me quedé pensando… *se ríe* ¿Será que habrá que ser tan binario en esa cuestión de luz y oscuridad o que son un poco, viste, como parte de la misma materia?, ¿no? Eh no sé, es un gran misterio, eh, es un gran misterio...
ALFREDO CASTRO
No, yo siento que por lo menos la actuación eh es la trascendencia exactamente lo que dice Benjamín de lo binario, en la medida que no no esté presente lo moral, sobre todo nuestros estados, nuestras naciones con toda la cosa católica, en fin, binaria de lo bueno y lo malo, lo lindo y lo feo, lo alto lo bajo, lo gordo lo flaco, mientras uno trascienda eso y no… intento yo caer nunca un juicio moral respecto a lo que se está haciendo, si no, si no eh, no juzgar tampoco, pienso que que que en la actuación, a mí lo que me fascina es la trascendencia incluso de género que hay en la actuación donde uno como actor no es hombre, no es mujer, (ríe) y me pongo al día un poco patubamente digamos de de de ser una cosa un poco líquida, como se dice ahora, de una sexualidad que trasciende eh el género, digamos… y también trasciende esto de los buenos, los malos, lo lindo, lo feo. Es la experiencia mística de poder eh, de poder caer en ese pozo más profundo de lo más horroroso que puede tener un ser humano y también lo más lúcido que puede tener un ser humano. Yo creo que moverse en esa en esa en ese como decía Donoso, el escritor chileno, ese lugar sin límites, creo que eso es un actor, o sea, para mí, mi intento, digamos, es… es no tener ningún límite eh en ese sentido y también eso tiene que ver con los textos con los… es es un tejido que se da con todo, con quién te dirige, qué libertad te da el que dirige o la que dirige, qué libertad te da ese texto de quien escribió ese texto y estoy pensando en el texto de Rojo en el desierto y estoy pensando en el texto del Perro en El Club por ejemplo, eeh el texto de cuando, en El Club, el interrogatorio eh me pregunta directamente el cura indagatorio si yo tuve contacto físico con el muchacho eh y yo hablo de que le pinte el hocico y hago una traslación una una metonimia ahí hablando del perro, de que yo le pintaba el hocico al perro, se comprende finalmente y también en Rojo con el desierto, en el perdón frente a esa divinidad. Entonces esa categoría de textos que se van a la sangre, que se van a lo biológico, que se van al cuerpo, esa experiencia no tiene que ver ni con la luz ni con la sombra, tiene que ver con el, con lo más… con la propia naturaleza… con alguna naturaleza…
-El perro me mueve la cola, camina conmigo, a veces me mira.
-Me imagino que usted sabe que ese perro no es una persona
-Por supuesto, pero cuando paso mucho tiempo con él a veces siento que se humaniza.
¿Qué? ¿Quiere humillarme? ¿Quiere saber lo que yo estoy pensando?
-Usted humaniza al perro y el perro…
-¿Qué pasa con el perro?
-Y el perro lo animaliza a usted
(Voz Elvis):
Acabamos de escuchar un pequeño fragmento de la película El Club, de Pablo Larraín.
BENJAMÍN NAISHTAT
Pero justamente te iba a decir, digo, vos que sos un actor que has atravesado el trabajo escénico muchísimos años, que estuviste en la tele haciendo tiras populares, costumbristas y que quizás un poco tardíamente te volviste medio ícono del cine de autor así latinoamericano y te quedan, bueno, muchísimas películas por hacer, este, digo, esa versatilidad es muy poco frecuente, digo, de ver alguien atravesar todos los campos con tanta holgura, me preguntaba si esa, la otra pregunta que tenía, si vos tenés como digamos, distintas valijas, herramientas cuando vas a cada lugar, o sea, a trabajar, si vas al teatro, o si más o menos sentís que hacés lo mismo, ¿entendés? En términos de tu trabajo.
ALFREDO CASTRO
Yo tengo toda una teoría. Tú sabes que uno se hace su famosa cocina personal, sus propias teorías respecto a lo que uno hace. Yo acabo de ver Historia del miedo y también me quedé con la sensación, que la volví a ver de nuevo, y también me quedo con la sensación de la angustia más espantosa porque yo reconozco en ti algo que yo también reconozco en mí, que es recurrente de los directores y actores, por lo menos los que a mí me gustan, que es recurrir siempre a la Historia, a la historia que a veces uno ni vivió, la historia que uno recibió como herencia y yo me instalo mucho en ese sistema de de pensar que, que mi cuerpo está habitado, mi cuerpo está habitado por, por, por parentescos muy atávicos míos, eh, eh, aje-- extraños, antiguos, atávicos, ¿no? Por lo tanto, cuando aparece este cura o aparece este Toni Manero o aparece el detective de Rojo, yo sé quién va a nacer ahí, digamos, quién, qué se va a evacuar de mi cuerpo para permitir que ese otro cuerpo pueda vivir en mí. Porque a mí lo que me interesa en la actuación más que actuar es no actuar, sino específicamente pensar: yo tengo que abrir mi cuerpo y que otro venga a habitarme, ¿ah? Pero ese otro es siempre para mí, yo lo pienso siempre como un familiar, siempre como alguien parte de mi familia que habita en mí y que viene a, efectivamente a narrar una historia. No me interesan las historias pero-- particularmente a mí, me interesa la inteligencia, la sensibilidad, el, el, como vi en la Historia del miedo, como veo en tus trabajos también, de que uno lo que pien-ve más que el relato o una anécdota de una historia uno ve cómo piensa una persona, cómo el ser humano piensa profundamente, cómo piensa políticamente, cómo piensa sensiblemente.
BENJAMÍN NAISHTAT
Te escuchaba diciendo lo de, como esas fantasmagorías que te habitan o que nos habitan, digamos, de pasados, ¿no?, y de cosas que vamos cargando quizás transgeneracionalmente, y me preguntaba si habías hecho constelaciones familiares, ¿no?, alguna vez.
ALFREDO CASTRO
No, no, nunca. No. Yo prefiero más el misterio, Benjamín. Yo mientras menos sepa mejor, ¿entiendes? Yo para las trivias, para las películas, para los actores, para las escenas, no recuerdo nada, no me acuerdo de nada, no me acuerdo los nombres, solamente guardo como el impacto emocional, para mí los momentos son súper importantes y sentir que yo estoy habitado por otro. Eso, eso para mí es súper importante y cuando yo en Rojo a mí me visten, (ríe) ¿me entiendes? Yo ya siento que hay otro cuerpo que está habitando en mí es mojarme el pelo y mirarme al espejo y saber que yo ya estoy dejando de ser yo para que venga otro a habitarme a mí. Entonces, eso me fascina y me fascina no saber mucho quién es.
BENJAMÍN NAISHTAT
'Tá bueno eso.
ALFREDO CASTRO
Hay una cosa muy linda, hay una cosa muy linda en Proust, en En busca del tiempo perdido que el, un hombre, uno de los protagonistas ve que ingresa al cuarto una mujer y dice "esa mujer" pero esa mujer es igual a su abuela y a su madre y su rostro se convierte en su madre, y esa metamorfosis, esa reencarnación es la que a mí me gusta, que a mí me fascina, ¿me comprendes?
BENJAMÍN NAISHTAT
Te comprendo, sí, perfectamente. Hay una frase de, me venía a la mente una frase de Levrero, este escritor uruguayo, no sé si, Mario Levrero, me encanta, lo descubrí hace poco y tiene una frase que me parece tan maravillosa que dice, eh, "no saber y de pronto saber que se sabe". Que es como, él dice cuando le preguntan qué es escribir y es eso: no saber y de pronto saber, como que estás en la oscuridad hasta que algo de pronto ya se reveló, sin que vos hagas nada.
ALFREDO CASTRO
Por ejemplo, en El club, El club la filmamos con tan, un equipo tan reducido, que no había continuista, que no había maquillador, no había vestuarista, estaba solamente la Estefanía Larraín que hacía arte y todo, Pablo me decía: "Bueno, ¿qué hacemos con esto?". Yo le dije "me voy a vestir", me puse la ropa y me dijo "Ya, ¿y qué hacemos con el maquillaje?". Y todos le dijimos ¡no hay maquillaje, qué maquillaje va a haber, para qué va a haber maquillaje! ¿Pero cómo? El pelo, yo fui al baño, me mojé el pelo, me lo apreté, me lo aplasté harto contra la cara con una chasquilla asquerosa, que es la que tú viste en El club, y le dije "¿Qué te parece esto?", me dijo "Asqueroso, me parece perfecto, es un ser pero abominable”. Y así lo hicimos. Y también en Rojo cuando yo me vestí y Jean me puso la ropa y tu viste la ropa y pasó lo que tenía que pasar, digamos, ahí ahí ahí se reencarnó algo. Y lo que yo hago hablar un poco más que, más que re-- más que encarnar, más que hacer un personaje, un rol, es pensar otra persona, es pensar otro cuerpo y metabolizar ese texto, metabolizar lo que tú escribiste, pasarlo a la sangre directamente, no memorizarlo.
BENJAMÍN NAISHTAT
Escúchame, pero hay algo que me cuesta creer, porque me acuerdo cuando estábamos en el desierto filmando que vos te metías en un trailer y había como un pequeño trailer, muy pobretón que habíamos conseguido y que vos en un momento estás como metido ahí y se te veía nervioso y yo pensaba, digo “¿esté por qué está nervioso? ¿De qué tiene miedo si es un actorazo?” Digo, cómo hacés digo película tras película te das cuenta que salís tan bien parado igual te vuelve a agarrar ese miedo de miedo casi como… no sé cómo llamarlo, digamos, como un miedo infantil no sé, digo, cómo. ¿Te ayuda tener ese miedo?
ALFREDO CASTRO
Me ayuda mucho. Es paralizante ah. Eh sobretodo cuando uno se enfrenta con con tremendos actores pero también acá hay un dicho que es “creerse el cuento”, ¿no es cierto? Eh (*se ríe*) y que lo usan mucho los jóvenes que es creerse el cuento que uno es una estrella o que uno lo hace todo bien, yo cada, cada vez que me enfrento a una película, a un rol de… sufro terror, me da terror, me da terror. Terror y mezcla con un con un goce infinito, ¿me entiendes? Una vez que acción, ese salto al vacío y tener que estar ahí bajo ese cielo con esos textos es un placer que no hay igual en la vida para mí, no hay nada. Que yo siempre me acuerdo de esa frase de Antonin Artaud maravillosa que decía “cuando yo vivo me siento vivir y cuando actúo me siento existir”. Entonces yo digo, “yo sé lo que es existir” porque efectivamente cuando uno está en el, en la metabolización de un texto, no de un rol, no de un sujeto, no creo en los personajes, yo creo simplemente eh, como te decía, en esa cosa atávica que aparece este familiar que me viene a visi… este muerto que me viene a visitar, ¿no es cierto? Y dejarlo vivir, dejarlo vivir y tomarse esos textos maravillosos que escribiste, para mí era un goce infinito, o sea, que no terminara nunca. Pero está el terror sí. ¿A ti también te debe pasar o no?
BENJAMÍN NAISHTAT
Creo que es un miedo distinto, quizás el tuyo, debe, ima--, no sé por qué intuyo que es físico, oíste, el miedo del actor, eh, y tiene que ver con exponer el cuerpo, ehh.. A mí lo que me da miedo, viste, son todas las preguntas que sé que te van a hacer cuando cuando llegás a un set y que muchas de las cuales uno no tiene respuesta o no tiene una buena respuesta pero pero igual este, hay que mantener esa idea de que, de que uno sabe lo que quiere, lo que vino a hacer, ¿viste? Eh, tendría que haber un derecho un poco más… más, este, aceptado a no saber, un poco más, pero si vos empezás a decir no sé no sé no sé, muchas veces el equipo te empieza a soltar la mano (...)
ALFREDO CASTRO
Sí. También me pasa a mí con los ensayos, Benjamín. Con los ensayos, ensayar, ensayar tanto, hay directores y directoras, que está la inseguridad o el terror que siente que quieren tener todo todo bien armado antes y yo creo que ahí, yo les ruego o les pido por favor que dejen ese espacio de incógnita, de de de de no saber qué va a suceder.
BENJAMÍN NAISHTAT
Totalmente, totalmente, eh... Este, el otro día leía una, un texto de Kubrick que decía que lo que le daba miedo a él era el momento en que se bajaba del auto. Se ve que a alguien como Kubrick le mandan un auto todos los días, cosa que no me pasó nunca, (Alfredo ríe) pero pero entiendo me parece a qué se refiere, que es que te bajás de un auto y llegás a un lugar y te empiezan a preguntar cómo es esto, cómo es lo otro, dónde va esto y (...)
ALFREDO CASTRO
Claro, claro…
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) por dónde ponemos esto y a qué hora necesitas tal cosa y, ¿viste? A veces uno, es justamente en el camino, vas, la noche anterior, leyó la escena y me pasó mucho “che, esta escena no va a salir, está mal, este, no corre o no tiene nada que ver con lo que venimos filmando”, y bueno, un rodaje va así, es una picada de carne todos los días. Pero te decía que la contrapartida es esa locura de llegar como te puede pasar de pronto a las cinco o cuatro de la mañana, a un desierto en medio de la nada y ver esa primera luz eh, ¿viste? Con ese aire frío que hay a esa hora que uno nunca está despierto, nunca está en ningún lado a esa hora más que la cama, este, y ver esas cosas y tratar de pensar en ese momento antes de que, antes de que pongan el café y todo, qué sé yo, digo, te permite esas, estar en ciertos momentos y lugares que de otra forma jamás podrías estar (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) No podrías convencer a tu pareja de estar a las cuatro de la mañana en un desierto a cinco horas de nada, este, o no sería lo mismo, ahí, de repente se vuelve solemne, necesario, imprescindible ciertos momentos o coordenadas que de otra manera la vida jamás te daría, ¿viste? Como eh… o estar, cuando estás en un auto escondido abajo de un sillón como me pasó de, en el auto ese que estaba Grandinetti, que en algunas tomas de auto, yo me metía abajo del asiento porque era un auto grande con el sonidista, casi uno encima del otro, ¿viste? Y ver desde ahí las cosas y digo “bueno, esto no… esto lo tengo, esto solo se puede hacer en este trabajo” y es muy divertido y tiene un vértigo loco y en cualquier otra circunstancia lo que estoy haciendo sería ridículo, sería eh, mm, eh,, ¿entendés? Te digo, de repente eh es como una… el cine es como, se vuelve de pronto importante, ¿viste? Y me (...)
ALFREDO CASTRO
Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) me gusta eso.
ALFREDO CASTRO
A mí me parece que son una experiencia tremendamente mística. Creo que no es posible de compartir con nadie ese, ese sentimiento de estar a las cuatro de la mañana frente a una salida del sol en un, en una pampa, en un desierto. Creo que no es compartible ni con nadie ni por muy estrecho o por muy cercano que sea, no es compartible con nadie la experiencia del placer de una actuación, no es compartible, creo que es una experiencia que tienen que ver con algo tremendamente místico, creo, místico muy único, personal, muy privado, muy muy muy privado, muy único y privado. Entonces es una lucha, es una batalla que va a implicar eh un duelo a muerte, de vida o muerte, con un otro que habita en uno, que hay que dejarlo vivir, que hay que dejarlo hablar, vivir, salir, llorar, reírse, emocionarse eh conmoverse y eso no no no no no es compartible, eso no se puede compartir, yo creo que es una experiencia de verdad en el mejor sentido eh mística, es como el, es como estar ahí al borde del presentimiento de algo que va a suceder. No es lo que va a suceder, es el presentimiento de que algo va a suceder.
BENJAMÍN NAISHTAT
El, el filósofo, no sé, pensador, eh, Walter Benjamin creo que, me acuerdo de algo que leí que el tipo hacía esa diferencia entre que vos podés hacer muchas cosas en la vida pero no todas son experiencias, la mayoría de las cosas que vos hacés son vivencias. Y el tipo ponía el ejemplo de los tipos que habían vuelto de la Primera Guerra Mundial, ¿me entendés? Que tenían, ellos podían contar más o menos cómo había sido la, el estar ahí en la trinchera y todo eso pero no podían transmitir la dimensión de lo que eso representaba para ellos porque no había palabras para ponerlo y entonces este, Walter Benjamin decía que bueno, esas son experiencias, las cosas que te transforman y que a su vez vos no podés realmente terminar de transmitir, no, o sea, o las vivís o las vivís pero no las podés contar y hay algo creo de hacer películas que no sé si pasa en todas las películas pero creo que cuando las hacés convencido de que estás tratando de, de hacer una cosa que es imperioso hacer, que estás, viste, que estás expandiendo algo, no no sé, que hay algo que baja, viste, eso es una experiencia, ¿viste? No sé… es un viaje (...)
ALFREDO CASTRO
Hay una, hay una frase que leí el otro día hermosa, de un poeta chileno que se llama Enrique Lihn que falleció hace varios años...
BENJAMÍN NAISHTAT
Sí.
ALFREDO CASTRO
...que, que me hizo mucho sentido con el tema de la, de las filmaciones, el cine, la actuación y el teatro, que decía “El presente hay que pensarlo como presente, como pasado y como futuro”. Que me parece muy muy muy hermoso porque dije “Bueno, eso es lo que uno hace cuando uno filma, cuando uno dirige, cuando uno actúa”. Pensar el presente, lo que está sucediendo en el cuerpo, aquello que es netamente biológico, biológico, solamente biológico, que está sucediendo en ese cuerpo como presente pensado, como presente, como pasado y como futuro, me pareció pero maravilloso a mí, quedé emocionadísimo con ese texto. Y yo veo tus películas y con todo respeto te lo digo, siento que tú eres muy loco porque veo tus películas... (*se ríe*) sí... y son retazos y retazos y cuadros y cuadros y cuadros de cosas que a mí me remiten a mi infancia, a mi juventud, a mi pasado, a mi presente… un helicóptero volando eh con con con un tipo que habla por un parlante eh te digo, pa’ mí es el terror. Yo que pertenezco a la época de la dictadura más dura, espantosa de Chile, eso de los helicópteros, cuando veo en tu película un helicóptero que pasa por las casas con estos altoparlantes yo casi me morí, ¿me entiendes? Porque me ataca el cuerpo, me ataca la memoria y eso yo creo que es nuestro fuerte, creo que eso nunca va a terminar eh eh el cine.
BENJAMÍN NAISHTAT
Y en ese sentido, ¿a vos, digamos, eh, que también sos sos un loco importante eh nunca se te ocurrió, digo, respecto a lo que puede ser la escena chilena eh con sus particularidades digo que puede ser un entorno, y esto lo digo, eh, te lo pregunto, digo, si no es, este, una escena, no la sentiste como una escena conservadora? Si no te dieron ganas en algún momento de instalarte en otro lado, no sé, en México y y y, o cóm-- tuviste a veces ese impulso o (...)
ALFREDO CASTRO
No.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) ¿O sentís un compromiso con, con tu lugar?
ALFREDO CASTRO
No, yo no ehhhh más que un compromiso yo me siento una pertenencia que tiene que ver con este lugar. Creo que yo he sido muy feliz filmando en México, filmando en Argentina, filmando en Colombia, filmando en Venezuela, me he sentido en mi casa, porque creo que compartimos un imaginario, eh, ¡común! O sea, la locura latinoamericana es común (*se ríe*), locura en el mejor sentido de la palabra, digamos, de oscuridad y de luz, pero pienso que si compartimos eh mucho, muchísimo, entonces no me ha sido extraño ni extravagante. Lo que yo no he querido hacer, bueno, porque no me ha llegado lo que me tenía que llegar, o no me llegó y no me interesa, es meterme en mundo de Estados Unidos eh, ese mundo. No me interesa. Salvo que un director independiente se interese por mi trabajo o por mi locura, por mi país, por mis cosas y hagamos algo juntos, yo feliz. Me gusta mi territorio… ¡nuestros territorios! Eso me gusta a mí…Yo siento que, por lo menos lo que pasó acá en Chile, en pandemia estuvimos como dos meses encerrados completamente encerrados, o sea, cuarentena absoluta en las casas, con un permiso para salir un poquito a comprar algunas cosas a la esquina y se acabó, y yo recuerdo el, el haber sentido un placer, eh, muy emocionante una noche en que llovió en Santiago y yo pude salir a la ventana y abrir el balcón y sentir, eh -qué hippie, puede sonar tremendo- la naturaleza. Y como que sentí (ríen ambos) como que sentí que hace muchos, muchos, muchos años y que me pasó pensar en el cine, de que en el cine yo sentía que cuando yo actuaba en el cine en ciertas escenas yo sentía la naturaleza.
BENJAMÍN NAISHTAT
Qué fuerte eso. ¿A qué, a qué llamás esa naturaleza que sentís en un set? ¿Cómo la definirías?
ALFREDO CASTRO
Eh, yo diría que en estar esa conexión con, con eso más humano, eh, que tiene que ver con el tiempo. Estoy pensando en, eh, a ver, en varias escenas, a ver no sé, en la escena de Rojo en el, en la Pampa que hicimos, ¿no? En ese momento yo estaba justamente conectado con ese cielo. A mí fue ese cielo el que me inspiró eh porque no había otra posibilidad... y con las moscas. ¿Te acuerdas las moscas?
BENJAMÍN NAISHTAT
Sí. Sí, sí.
ALFREDO CASTRO
Que me pareció súper interesantes y yo ahí dije, yo te conocí ahí (ríe). Yo te reconocí ahí porque Grandinetti te preguntó, estaba muy furioso él porque había muchas moscas, moscas que yo me tragué creo que varias, eh, eh... Y Grandinetti te preguntó "¿y qué vas a hacer con las moscas, las vas a hacer actuar?" y tú le dijiste "Sí, posiblemente las meta por postproducción". Y a mí me pareció que el tema de las moscas y ese cielo que había ahí y esa inmensidad y ese viento y ese calor y ese frío y todo eso, eh, me obligaba a mí, me tenía a mí capturado en la naturaleza y el texto que yo tenía que decir tenía que ver con la na-tu-ra-le-za; la naturaleza del mal, la naturaleza de la rendición, la naturaleza política.
¿Acaso no fue Él el que abrió la tierra para que se tragara a los seguidores de Coré y quemó vivos a los hijos de Leví? Tiemble, abogado, tiemble porque es Él el que nos guía por caminos misteriosos, pero es Él el que nos guía. (Moscas)
Acabamos de escuchar un pequeño extracto de la película Rojo, de Benjamín Naishtat.
- Sonido de que se acaba el primer rollo/carrete como en proyecciones análogas o sonido/s que considere Javier
- Arranca música de ENCUENTROS (está presente durante todo el intermedio)
Voz MUBI (ELVIS):
INTERMEDIO
Voz (ELVIS):
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Voz (Elvis):
En este espacio, Alfredo Castro y Benjamín Naishtat hablan de algunas de sus películas favoritas.
BENJAMÍN NAISHTAT
¿Sabes qué película vi varias veces este año de encierro y de locura y que paso y que continúa?... Barry Lyndon. ¿La tenés (...)
ALFREDO CASTRO
Ah.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) bien vista?
ALFREDO CASTRO
Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
Hay algo que me pasa con Barry Lyndon que es que me pasa, te diría, con ninguna otra película, que es es este… no sé ni como ponerlo en palabras, me empieza como a pasar algo a nivel casi epidérmico cuando hablo o cuando veo Barry Lyndon que es algo del orden de, no sé… místico no y no quiero decir de dios pero estoy tentado de decir de dios. No un dios cristiano o qué sé yo, pero algo de un dios, de un verdadero dios, de algo de una esencia de una complejidad humana que no la logro ver en el día a día pero la puedo ver en esa película y que verla y que alguien me la revele me parece una experiencia de una cosa tan sublime que termina y es como bajar a a un mundo inferior, ¿viste? Pienso en Barry Lyndon en, en la, sobre todo, por ejemplo, la primera escena, ¿viste? Que él, ah, una de las primeras escenas, que están sentados a la tarde y él está con una, con esa mina, esa mujer que es noble, que vive con él y que le muestra de pronto un seno y le dice que se acerque y lo toque y él tiene terror de tocarle el seno y se acerca y quiere y no, y ahí ahí… o cuando él se tiene esa secuencia terrible que se le muere un hijo, ¿viste? Eh, que es devasta-- no sé, hay algo de cuando funciona, ¿viste? Cuando todos los elementos están, eh… aprendés cosas de la vida que no las podés aprender en tu propia vida, las tenés que aprender ahí. Esteee, eso, la cultura cuando es grande te genera eso, ¿viste?
ALFREDO CASTRO
Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
Y ahí uno termina de aprender cosas que no… que jamás las vas a ver en tu propia vida porque no podés, me parece (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) que no estamos hechos para… estamos hechos para seguir, ¿viste? Pero cuando parás y te tiran una película como Barry Lyndon por la cabeza salís sabiendo algo más sobre la condición humana, ¿viste? Y eso, eso es.
ALFREDO CASTRO
Las películas que a mí me fascinan y me perturban igual que las novelas son las que tienen que ver con como como con los destinos humanos. Cuando cuando hay un destino puesto en juego y hay un devenir, hay, entra un inicio y un fin, hay un trayecto, un devenir. Yo tengo una película espantosa tal vez, no sé, que va a provocar horror, pero que a mí me me cautivó mucho que es Leaving Las Vegas de Nicolas Cage. Esa película a mí me destrozó.
BENJAMÍN NAISHTAT
Es tremenda…
ALFREDO CASTRO
Yo sé que es una película mediocre, tal vez… pero algo me pasó con esa película especialmente en un momento cuando el tipo le pide a la mujer, le dice “no me pidas que deje de tomar, solamente no me pidas que yo deje de tomar”. Esos momentos a mí, los encuentro de una humanidad y de una cosa sublime eh yo no soy alcohólico pero me parece que me pasó con otra película también que es Bajo el volcán, por ejemplo, donde también eh hay un destino. Esas películas… a mí lo biográfico eh me me me enloquece, me enloquece tanto (...)
BENJAMÍN NAISHTAT
Sabes qué, Leaving... Adiós a Las Vegas no creo para nada que sea mediocre eh, Alfredo, me parece que es una película que tiene una fuerza… me acuerdo de la escena cuando entra Nicolas Cage a un restorán, ¿te acordás? Y hay un amigo de él y él le quiere pedir plata para tomar algo y el amigo está sentado con gente y qué sé yo… esa sensación de de de que uno se reconoce porque uno, viste, uno tiene unas miserias adentro, ¿viste? Cuando te han pasado cosas en la vida te reconoces en esas miserias tanto o más que en las virtudes, ¿viste? Eh, las historias que nos gusta ver que nos imprimen son historias donde hay mucha miseria porque uno no se reconoce en las virtudes o por lo menos no me parece interesante reconocerse en las virtudes (...)
ALFREDO CASTRO
Sí, a mí tampoco.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) me parece interesante reconocerse en las miserias y conmiserarse. Hay algo de un orden este… casi parece una cosa cristiana la que estoy diciendo y quizás lo sea pero (...)
ALFREDO CASTRO
Sácale lo moral, sácale lo moral y uno dice “lo que me interesa a mí es la vida de esa persona”, igual que eh eh una Mujer bajo influencia por ejemplo, película que a mí me trastorna eh… pero lo que me apasiona es ver cómo se lleva esa vida… Amor… sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
Mira, te voy a contar algo, cuando llevaba más o menos eh un año estudiando cine y había escuchado el nombre de Cassavetes, obviamente lo había escuchado, eh pero sabes que por algún motivo los profesores, qué sé yo, no no ponían, había mucho énfasis en cine europeo, qué sé yo, pero era visto como, no le daban un espacio… Y un amigo me dice eh, “que estuve de viaje, no sé qué, traje DVD 's de Cassavetes”, me dice, “son increíbles, tenés que verlos”. Me dio dos DVD’s y era un domingo, yo todavía vivía eh con mi padre en ese momento, toda la casa sola, me puse en la cocina, cocina comedor, todo junto, puse el primer DVD eh de Mujer bajo influencia, un domingo en la tarde (...)
*Alfredo se ríe*
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) fue como una bomba atómica, fue como una bomba atómica (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
Y sabes que terminó y de inmediato puse Opening Night, y cada película dura como tres horas pues, tenía que… no podía creer y quería ver más y después fui me conseguí más, esa de Ben Gazzara de The Killing Of A Chinese Bookie… cuando entras, el primer contacto con Gazza, en--envidio a la gente que todavía no tuvo un primer contacto con Cassavetes (...)
ALFREDO CASTRO
Ok.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) porque la primera vez que entrás, lo que te puede hacer el cine, se te va ¿viste? La la… eso que no quiero intentar no quiero hacer… tener la mediocridad de intentarlo poner en palabras que es lo que hace Cassavetes porque no lo sé, no lo quiero saber y no lo podría explicar (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) pero hace algo que nadie más hace y que, viste, cuando no sé, las cosas que le hacen sentido a estar vivo, ¿viste? Ver una cosa que te hace, una película que genera, que te toca las fibras profundamente íntimas, ¿viste? De un orden tan personalísimo que te hace ver los personajes de Cassavetes, ¿viste? Eh (...)
ALFREDO CASTRO
Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) no sé, como loco.
ALFREDO CASTRO
No, yo creo que él trabaja trabaja ahí donde donde se fatiga toda la explicación, donde las palabras se fatigan, donde no hay nada que decir, donde donde como tú decías, es la experiencia de vida, ese sufrimiento espantoso, humano, profundamente humano, creo que va ligado a eso, digamos, donde, donde se reconoce eso que es, eh, únicamente una naturaleza.
BENJAMÍN NAISHTAT
Sabés que cuando, te cuento esto porque es como algo gracioso cuando en un, con la segunda película que hice este pude… invitaron a ir a mostrarla a Los Ángeles, a la American Film Institute (...)
ALFREDO CASTRO
Mhm.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) Y lo único que quería hacer era tratar de ir a ver, eh, la casa de Cassavetes. Y preguntando preguntando preguntando me dijeron dónde era y me tomé un taxi, me bajé suponete dos cuadras antes, él vivía en Hollywood Hills, arriba de unas colinas, en una zona que es bien agreste, mucho más agreste de lo que yo imaginaba eh y empecé a caminar, llegué tarde, de noche, y llegué hasta efectivamente esa entrada con ese fuentón que vos ves en Love Streams, que bueno es, ya decir ese título me empieza como a, a pasar algo, y había como luz y había alguien adentro de la casa que yo quise creer que era Genna Rowlands, que me dijeron que todavía vive ahí, pero por supuesto no me animé ni quería molestar ni nada solamente ver que ese lugar era real, porque filmaba en su casa, vos sabés lo que es un rodaje; imaginate filmar en tu casa, yo creo que vos jamás dejarías que filmen en tu casa y yo tampoco porque, porque te hace mierda la casa, ¿viste? No te deja vivir pero este tipo tenía como algo, una esencia de entrega que, que, ¿viste? No sé, eh…¿Y de cine latinoamericano qué te ha marcado los últimos años?
ALFREDO CASTRO
A mí la Martel me me me provoca profunda admiración y locura y todas las cosas, especialmente las cosas más más más antiguas. Debo reconocer admirandola profundamente ahora pero sí La mujer sin cabeza, La niña santa, Ciénaga, a mí me voltearon la cabeza, me dieron vuelta la cabeza… Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
Comparto totalmente, sobre todo eh La Ciénaga (...)
ALFREDO CASTRO
Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
La Ciénaga es como un antes y un después. Yo creo que, no sé, como que ahí el cine argentino tocó un lugar y bueno, no ha vuelto a a a generar ese tipo de cosas de nuevo… Para mí cuando estamos hablando de algo así es como algo de lo cual es muy difícil hablar, podemos decir el título, los actores, las escenas pero no estamos hablando de la película porque tiene esa cualidad de ser algo que no se puede manosear con lenguaje, digo es otra cosa, es como una cosa… es una ola de un rayo que tiene su su lugar ahí y está vibrando y cuando lo ves, y la vi un montón de veces, eh, hay algo de la humanidad, de ser de una familia, del qué es una familia, del qué es crecer, ¿viste? Que todo eso aparece ahí.
ALFREDO CASTRO
Sí, todo ese tedio asqueroso, la provincia latinoamericana, por eso te digo, cuando cuando un autor o autora, director directora, o actor actriz, habla desde el territorio, habla de todos nosotros. No está hablando de México, de Colombia, de Chile, de Argentina, está hablando de ese territorio que nos es común, es muy maravilloso, muy muy maravilloso.
- AQUÍ ACABA LA MÚSICA - CIERRE MÚSICA COMO JUSTO ANTES DE DECIR EL TÍTULO.
Arranque sonido de prendido de “proyector”
BENJAMÍN NAISHTAT
No sé qué te parece a vos, pero vengo pensando últimamente que para lo que nosotros hacemos, digamos, el cine, la narración audiovisual, bueno, vos hacés teatro también, pero sos ya un hombre de cine, digo ¿hay algo del lenguaje que no va a quedar indemne, viste, y algo de la audiencia que no va a quedar indemne? Digo, que los proyectos hay que repensarlos, viste, porque... siento que la, la gente, las audiencias, este, no van a tener la predisposición que había antes para, que hay una especie de más bien, siento que la gente cuando charlo así qué vieron o qué sé yo, como que la gente quiere algo como muy acelerado, viste, como que hay una aceleración histórica que después cuando uno llega a la casa y se pone a ver algo la gente quiere algo que tenga una sustancia dramática fuerte que vaya rápido, que digo, ¿entendés? Como que siento que hay que cosas que antes se contaban que ya no va a ser posible contar, que no va a haber quién las quiera escuchar, que no va a haber paciencia para, para ciertas experimentaciones del lenguaje, mismo una película como El club, digo, me pregunto cómo sería recibida mañana, viste, si sale, eh, por por sus tiempos, por su desarrollo.
ALFREDO CASTRO
Eh, yo espero que, yo espero que, yo espero que eh, mm, eh retrocedamos un poco, Benjamín, porque efectivamente me pasa a mí con el virus y con la contingencia de que todo es tan tremendamente rápido: rápida la cantidad de muertes, rápida la cantidad de contagios, rápida la cantidad de lo que sea, todo sucede con tanta velocidad, que para mí volver a ver películas… donde hay un tiempo, donde hay eh tiempo, tiempo, es un, es un goce muy tremendo. Yo, eh, fui jurado en Biarritz, el festival de Biarritz durante un año y estaba con un jurado francés pero con un, no me acuerdo del nombre, un señor muy anciano pero era un genio del cine, eh, un crítico de cine, pero que yo, me daba vergüenza hablar delante de él, y me hizo una pregunta bien fantástica (ríe). ¿Cuál es la razón de que el cine latinoamericano, no todo por supuesto-me dijo-pero en general, toma tanto tiempo el proceso de iniciar la narración de una historia? ¿Por qué tenemos que esperar ¡media hora! en presentación de personajes, presentación del mundo a contar, relato del universo que vamos a ver, la estética, para que después de media ¡hora! empecemos con la narración de lo que trata la película? ¿Qué sientes tú?
BENJAMÍN NAISHTAT
Eh, está buena la pregunta. Me parece ubicua y creo que absolutamente son pocas las excepciones de, me parece, no sé, si tuviera que arriesgar, que hay algo de la, que viene de la, o que también se ve en la literatura, viste, latinoamericana, que es, es florida, es barroca, eso que, no tiene esa cosa austera que tienen los norteamericanos, viste, que te tiran ya en medio de la acción. Si bien las películas clásicas también se tomaban su tiempo para presentar pero eran ágiles, no sé, creo que somos, viste, el español, la lengua castellana misma, viste, te lleva todo el tiempo a dar vueltas, este, a llenar de adjetivos las cosas, los guiones, digo, no sé, eh... es verdad eso, no sé, me lo pregunto y al mismo tiempo no pienso que esté mal, pienso que hay un, hay una identidad efectivamente de cine latinoamericano más allá de los países y que pasa un poco por eso, por querer siempre dar cuenta de un contexto social, viste, de, de poner, este, en escena una pequeña cartografía, digo, después hay excepciones, qué sé yo, pero la película promedio latinoamericana te cuenta, no te cuenta sola una cosa, te cuenta un personaje, sus medios, sus condicionamientos coyunturales, este, no sé, eso se puede decir, por ejemplo, de, de todas las películas de Larraín que que, digo, a mí me encantan, admiro muchísimo y lo nombro porque en muchas de ellas o todas estás vos, este, pero también del otro cine, del nuevo cine chileno, no sé, este, pienso en las películas de Dominga Sotomayor, que me encantan, eh, (...)
ALFREDO CASTRO
Sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) que también, viste, te cuentan una intimidad pero no se privan de contarte un momento determinado de Chile y un momento o un segmento social y qué sé yo, con mucha elegancia, con mucha sutileza… eh y a propósito de eso, de lo político en lo que hacemos, este, otra reflexión que tuve también, viste que uno trata de ir pensando para dónde mierda vamos a salir en tanto que, gente que se trata de dedicar a la creación, ¿cómo interpretar, eh...? Siento que muchos discursos nos pueden quedar viejos, o sea, digo, respecto al cine, respecto al lenguaje, que durante muchos años a mí, eh, me enseñaron, digo, ya sea en la escuela de Cine o después, viste, que no había que hacer la película política, cuando eran buenas no eran panfletarias, que eran sutiles, que las ideas se tenían que contar a veces por omisión más que por acción y así así así y el otro día pensaba "Che, eso ya no va más, viste". Eh, puede ser que haya habido un momento efectivamente donde había que sofisticar, eh, las ideas y el mensaje, pero creo que ese momento ya terminó de terminar con este último año que está prendida fuego cualquier posibilidad de conciliar una cosa formal o formalista para, para decir lo que uno quiere; creo que necesitamos justamente películas panfletarias, digo, con una fuerza loca, viste.
ALFREDO CASTRO
Sí
BENJAMÍN NAISHTAT
Películas, digo, pensaba en términos, por ejemplo, en lo que hace, ¿sabés lo que necesitamos? ¿Viste lo que hace, no sé has visto las últimas de, de Tarantino, que hace, que reescribe la historia, ¿viste? El tipo va, hace una película sobre los nazis y la Segunda Guerra y hace una escena que lo matan a Hitler, que lo prenden fuego en un cine, este. (Alfredo ríe) O hace una, ah, eh, hizo una película que me encanta también sobre Polanski, sobre cuando, cuando van a a, la secta de Manson la va a buscar a Sharon Tate, de esa cosa horrorosa, pero en la película de Tarantino, eh, fijate qué genial, en la película de Tarantino al final, cuando están por entrar los locos a matar a Sharon Tate, aparece un vecino y la salva y se venga y los mata a los locos y se salva Sharon Tate embarazada, digo, pensaba ese tipo de operaciones necesitamos hacer en el cine latinoamericano, empezar a reescribir nuestra historia, viste, a ir locamente para ese tipo de potencia. Imaginate, no sé, por más que, no, no esa cosa de ese retrato, eh, recoleto, eh, o, viste, humanizado. Viene como un tiempo de películas bomba, películas de, que tengan fuego adentro, que vos seas, este. No sé si viste, hay una película que me encanta que se llama Bacurau, una película brasileña.
ALFREDO CASTRO
No… ah, sí, sí.
BENJAMÍN NAISHTAT
Que es de Kleber Mendonça, este gran cineasta de (…)
ALFREDO CASTRO
Ah, sí, sí...
BENJAMÍN NAISHTAT
Recife, de Pernambuco. Fotografió Pedro, nuestro amigo Pedro Sotero, eh, el que hizo, el mismo que hizo la foto de Rojo. Bacurau, de Kleber Mendonça Fliho, que termina como con una venganza popular así. Creo que viene un tiempo para, para ese tipo de energía, viste, de que no te podés ir, no te podés ir, no te podés ir tranquilo, viste, del cine. Digo, que si viene un, eh, si viene hay que encontrar ese tiempo del que vos hablabas, que no es el tiempo de la serie, que no es esa especie de vicio casi, este, compulsivo por narrar y que causa-efecto-causa-efecto, pero sí tiene que haber una energía que te lleve para algún lado, digo, que el cine más que nunca tiene que cumplir un rol, tratar de cumplir un rol, viste.
ALFREDO CASTRO
A mí me parece espantoso, Benjamín, con las escuelas de cine y las escuelas de teatro y la cantidad de, con esta pandemia, de de de de de talleres y de escritura, en fin, que enseñan a los chicos, o a la gente más jóven, a escribir a la perfección. O sea, primer acto, segundo acto, el el viaje del héroe, el ehm en fin… Y tú dices “ya, ok.” ¿Y dónde está la subjetividad? ¿Dónde está lo heterogéneo? ¿Dónde está la locura, también? Porque ya no nos está, es una imposición de de de moral, del sistema de no permitir que la gente se salga de la norma, rompa, quiebre, ¿me entiendes? Por eso me gustaba a mí tanto Ruíz y me gustan tantos directores jóvenes, Raúl Ruíz, porque Raúl Ruiz le decían “Oye, es una película de época y hasta se ven los cables de la electricidad” y decía “me importa una mierda, que se vea todo, qué me importa, a mí me importa la escena, que se vean los cables, qué importa”, “no, es que el eje”, “qué me importa el eje, a la mierda con el eje, chao, ahí veremos cómo le hacemos”, ¿entiendes? Pero hay una falta de respeto a eso, a lo bien concebido, a lo bien hecho eh… Yo tomé un curso de guión ahora, me ha parecido interesante conocer cuál era el mundo de guión con una persona notable pero me llamó la atención el hecho de que te enseñen a escribir a la perfección. Yo presenté un guión ahora a un proyecto y me lo rechazaron por imperfecto *se ríe* porque no no no narraba como se tiene que narrar el cine, ¿me entiendes? Presentación, primer acto, segundo acto, el héroe, tercer acto, desenlace y dices “me importa una mierda, quiero hacer una película”, ¿me entiendes? Donde la subjetividad, donde la imaginación, donde la libertad eh sea lo principal. Lo que tú decías, lo que surge ahí, lo que suceda ahí, esa epifanía que solo sucede ahí (....)
BENJAMÍN NAISHTAT
Sí y y y eso que estás diciendo es muy epocal también me parece porque cuando yo eh fui a la escuela de cine eh eh bueno, cine, fines de los noven--no, inicio de los dosmiles en realidad, pero todavía digamos lo que uno lo que generaba una fantasía, viste, la chispa era, no sé, ir a ver Mulholland Drive, ¿no? Y vos (...)
ALFREDO CASTRO
Claro…
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) la gente, te juntabas en los pasillos y hablabas de Lynch, lo lynchiano y todas esas locuras y eso era como una especie de canon que esté… de lo que uno podía aspirar digamos, esté, y eso es muy personal, ¿viste? No sé, como Lynch, no sé, puede ser Cronenberg o Martel acá digo, como, eso generaba una fantasía, evocaba encontrar un lenguaje propio, Digo, después hay imitaciones como siempre y todo pero había una nobleza... Eso siempre me llama la atención, ¿no? Que yo me fasciné por por este lenguaje que, por esta aventura, digo, que es hacer cine porque me lleva, la verdad, digo honestamente, me llevaban los nombres, ¿viste? Los Cohen, no sé, y así, y uno, después acá apareció Trapero, hizo Mundo grúa eh y cuando apareció Mundo grúa que es una película argentina de, del inicio de los dosmiles que era como una cosa loca, ¿viste? “¿Quién hizo Mundo grúa?” Era porque… y no es por venerar a las personas, ¿viste? No es una cosa soviética, pero es una cosa de decir “bueno, encontré una mirada y me identifico con esa mirada” (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) y algo me pasa… y en la cultura de los cuadraditos sin nombre, hay un fotograma y un actor pero no hay un nombre de quién miró, quién, de quién es esa mirada (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) ¿viste? ¿Qué encontrás ahí? Digamos…
*Alfredo interrumpe*
ALFREDO CASTRO
Importa la empresa, importa la la la la la la gran empresa, ¿me entiendes? No importan las autorías. Eh eh yo pertenezco al mundo e imagino que con la diferencia de edades que tenemos, igual tú, en que la autoría era fundamental, o sea, ¿quién hizo esto? ¿Qué mente pensó esto? ¿Cómo es su rostro? ¿Cómo es su cara? ¿Dónde vive? Ah, que es completamente humano.
BENJAMÍN NAISHTAT
Porque es exactamente esa sensación. La primera vez que un corto que hice eh a los vei.. veintiún años, una cosa así, que se… lo filmamos en 35mm eh cosa que en ese momento no sabía… Sabía que era un lujo pero no sabía… ahora sé el lujo que era, digamos, pues, por decirlo así. Y lo proyectamos en un cine, en el BAFICI eh y yo tenía mucha vergüenza, muchísima vergüenza de eh de que estén mostrando eso, ¿viste? Y me escondí, no quería entrar, bueno, entré al fondo de la sala y estaba bastante lleno cuando estaba ya promediando el corto y lo que me di cuenta en ese momento es digo “ah, la gente mira lo que yo miré en ese momento”, ¿entendés? Cuando encontré un encuadre y un movimiento de cámara, no sé qué, y de alguna manera como que se, ¿viste? Se meten adentro de tu cabeza un rato y hay algo ahí de compartir, no sé (...)
ALFREDO CASTRO
Claro.
BENJAMÍN NAISHTAT
De conjurar una especie de soledad atávica, ¿qué se yo?
ALFREDO CASTRO
Pasó un momento en el mundo del teatro de que los festivales de teatro (...)
BENJAMÍN NAISHTAT
Sí.
ALFREDO CASTRO
(...) teatro, el festival de Buenos Aires, Santiago, el festival de Caracas, el festival… muchos festivales, el festival de México, el Cervantino, millones de festivales, en que ehm, compartíamos mucho… hasta que empieza Europa y Estados Unidos a venir a buscar cosas folclóricas. Y todo aquello que les parecía que podía ser una competencia de ellos, a para ellos, no tenía cabida alguna. Cualquier creatividad o un desmadre que se saliera un poco de la normalidad, de la, en fin, ellos no lo consideraban, solamente querían cosas andinas, cosas folclóricas y y y habiendo un teatro espectacular en todos nuestros países. Entonces se me ocurre que un poco en el cine debe pasar un poco lo mismo, cualquier cosa que le haga sombra o esté a la altura de de de de algún director europeo eeh yo creo que puede ser rápidamente descartado, ¿no?
BENJAMÍN NAISHTAT
Sí. Y en ese sentido una cosa que a veces pienso recurrentemente es por qué no podemos emancipar la la necesidad de de legitimación. Eh, que nunca puede, yo no digo que, no digo una cosa de cortar porque la circulación por el mundo me parece esencial que circulen las cosas, que atraviesen culturalmente al lenguaje (...)
ALFREDO CASTRO
Ya.
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) pero digo por qué no pensar la legitimidad de una película latinoamericana puede darse en Latinoamérica, digamos. Eh (...)
ALFREDO CASTRO
Yo estoy bien impresionado porque yo hice una película, bueno, estuvo en San Sebastián cuando estuvimos Algunas bestias eh y y ganó el premio a mejor director el chico, un chico joven maravilloso y hay una escena de las que me toca a mí que es un abuso eh de un anci… de un viejo como yo con su nieta y esa escena insólitamente fue censurada en Francia…
BENJAMÍN NAISHTAT
¿Censurada?
ALFREDO CASTRO
Imagínate… Sí, o sea, pidieron pidieron cortarla porque si no la película no se vendía ni se ni se ni se podía exhibir.
BENJAMÍN NAISHTAT
¡Ah, como una especie de autocensura, digamos!
ALFREDO CASTRO
Claro, claro, le pidieron al director que cortara la escena porque la escena era demasiado expuesta, era muy fuerte y que yo encontraba que el director, Jorge Riquelme, hizo una operación magnífica que fue que la escena entraba solamente por la oreja. Era una escena en que tú no veías nada, no veías cuerpo, no veías tocaciones, no veías nada, más que escuchabas escuchabas escuchabas escuchabas horrores. Me pareció a mí muy bien planteada. Esta es tal vez la escena que más me ha gustado hacer en todo lo que yo he hecho de cine, la encontré espantosa, eso me cobró el precio a mí, yo estuve deprimido durante días con esa escena fue muy fuerte, muy muy fuerte pero locamente ehh, el cine europeo tiene con el cine latinoamericano una una actitud. Por ejemplo, en Irreversible, por qué no censuraron la Mónica Bellucci siendo follada, violada, durante diez minutos en un túnel… ¿Me comprendes? Ehh, sin embargo (…)
BENJAMÍN NAISHTAT
Te comprendo perfectamente, sí.
ALFREDO CASTRO
(...) para poder vender la película le exigen al director que corte la escena. El chico le dice que por ningún motivo, que la película simplemente no se vende, se acabó (...)
BENJAMÍN NAISHTAT
Ya. Y la la la de Bellucci no se hubiera vendido sin aquella escena (...)
ALFREDO CASTRO
¡Claro!
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) que que, digamos, en su duración era gratuita, digamos. Puede ser que la escena era necesaria pero la duración era gratuita porque eran como diez minutos de violación. Me acuerdo la incomodidad de verla en el cine que cuando vos decís “esto ya es gratuito”, digamos, sí.
ALFREDO CASTRO
Y hay un doble estándar también que estamos hoy... estamos en un mundo que políticamente está yendo al al conservadurismo espantoso (...)
BENJAMÍN NAISHTAT
Sí, como que de pronto, viste, eh, se nos cayeron… nos tiraron por la cabeza varios cambios de paradigma uno encima del otro, ¿no? O sea, para empezar, los cambios de hábitos para ver, eh, la gente… la gente ve, viste ahora, con su laptop en la cama para quedarse dormida las cosas, digamos, pensar que uno trabaja cinco años de su vida matándose (*se ríe Alfredo*) poniendo en riesgo lo poco que tiene para que alguien se quede dormido cuando antes vos decías “bueno, tenía que ir a ese templo, “ritual”, ¿viste? (...)
ALFREDO CASTRO
Claro…
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) Y sin ponerse como un viejo pero digo eh, había una dignidad de decir bueno, hago un gran esfuerzo pero alguien va, se sienta o sólo tiene una cita por el imaginario de que uno pretende, después si pasa algo o no pasa bueno, eso ya se verá pero tenías tu chance, digamos. Ahora que alguien vea el, un trabajo que vos hacés o que yo hago, en una laptop durmiéndose, que es más o menos como yo consumo ahora películas o o cosas, decís “bueno, no se si vale la pena”, ¿viste? No sé si vale la pena eh y después tenés el cambio de paradigma como vos decís de la también de la autocensura, digo que te pones a escribir en un guión una escena que cuando eh cuando atraviesas cosas de escenas de violencia o qué sé yo, o de cuestiones de, que tocas minorías y tenés que estar en una especie de de de “quirurgia” de cómo vas a tratar tal tema, de cómo va a ser visto según quién sos (...)
ALFREDO CASTRO
Claro…
BENJAMÍN NAISHTAT
(...) y que uno entiende de dónde viene la fuerza de revisar los paradigmas pero también está el peligro, viste, de caer en una especie de, como vos decís, de una especie de conservadurismo al revés, donde, donde todo el mundo fuerce una corrección política que no es natural y que sobretodo es completamente eh enemiga de un espacio creativo, viste (...)
ALFREDO CASTRO
O sea, ese ha sido nuestro trabajo siempre... la subversión absoluta ¿qué es lo que es subversivo ahora? Bueno, es una historia para mí, en este segundo lo pienso, es una historia no lineal o de una linealidad de otra especie que ingrese más bien al cuerpo, al organismo más que a la racionalidad. Y yo ya dejé de tenerle miedo a la locura, yo tuve mucho miedo a la locura, yo sufrí mucho por la locura, pero hay un momento en que yo dejé de temer. Entonces, yo cuando filmo o cuando voy al teatro hay un salto al vacío, a la nada, al a--al abismo, a la muerte, a la como quieras llamarla a la cual ya yo le tengo menos miedo…
[Corte musical para marcar fin de la conversación y escuchar la despedida entre ambos]
BENJAMÍN NAISHTAT
La verdad que es lindo encontrarse, hablar de cine, tomarse el tiempo de hablar de cine, cosa que hacemos muy poco, eh, se agradece mucho.
ALFREDO CASTRO
(Ríe) Gracias, Benjamín.
BENJAMÍN NAISHTAT
No, gracias, Alfredo.
ALFREDO CASTRO
Muy, muy agradecido.
[ID DE CIERRE (CON MÚSICA DE CRÉDITOS)]
- A CONTINUACIÓN
Voz MUBI (ELVIS):
Escucha otros episodios de nuestra primera temporada de: ENCUENTROS de MUBI podcast. con Gael García Bernal, Romina Paula, Mercedes Morán, Paulina García, Lázaro Gabino Rodríguez, Carolina Sanín, Camila José Donoso, Matías Piñeiro, Albertina Carri y Nicolás Pereda.
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Voz MUBI (ELVIS):
No te pierdas MUBI Podcast, un podcast en inglés sobre películas poco conocidas por el público y la crítica internacional que fueron un fenómeno de audiencia local. Entrevistas con cineastas, críticos, académicos e historiadores de la mano del reconocido periodista Rico Gagliano.
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- CRÉDITOS
(Voz Elvis):
Esto fue ENCUENTROS de MUBI podcast, con la participación de Alfredo Castro y Benjamín Naishtat.
Idea: Efe Cakarel, Sandra Gómez, Jon Barrenechea y Ricardo Giraldo
Producción y supervisión: Ricardo Giraldo
Productores ejecutivos: Efe Cakarel, Sandra Gómez, Jon Barrenechea, Diego Luna, Gael García Bernal y Paula Amor
Sonido: Javier Umpiérrez
Música original: Andrés Solís
Voz: Elvira Liceaga
Investigación, guion y transcripciones: Andrés Suárez
Asistente de producción, guion y transcripciones: Fernando Peña
Grabación de Alfredo Castro en Chile: Miguel Hormazábal en Filmosonido
Grabación de Benjamín Naishtat en Argentina: Luciano Villacé en Estudio Humano
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